Explicaremos causas y tratamientos según la edad de su niño
** En los
niños de 0 a 12 meses
En esta
edad predominan los vómitos funcionales, es decir, no hay una enfermedad
orgánica. El bebé parece sano y tiene buena curva de peso.
Causa: Errores dietéticos
Es
la causa más común de vómito en los lactantes,
ya que es bastante habitual darles más alimento del que pueden tolerar.
Qué hacer
En los envases de leche se suele recomendar más cantidad de la que los bebés necesitan, por eso a veces basta con reducir la
cantidad de leche para acabar con los vómitos.
Es bueno espaciar las
tomas.
También hay que evaluar la
posibilidad de estar introduciendo alimentos no adecuados o bien alimentos
adecuados pero mal preparados, como ocurre con los biberones muy concentrados o muy aguados.
Causa:
Inmadurez del sistema digestivo
En
algunos bebés existe un reflujo gastroesofágico normal, cuya causa es la inmadurez del
cardias, una especie de válvula encargada de impedir que la comida que entra en el estómago vuelva hacia el esófago.
Si estos vómitos no son importantes ni afectan al estado nutritivo del niño,
no requieren un tratamiento especial.
Qué hacer
Respetar las necesidades de
nuestro hijo.
No forzarle a comer jamás.
Mantenerlo incorporado al
comer y justo después, durante la digestión.
Después de las comidas, no
moverle mucho, procurar que descanse tranquilo.
Si acostamos al niño
después de comer, hacerlo boca arriba o sobre el lado derecho, para que drene
bien el estómago.
No ponerle los pañales muy apretados.
Si sospechamos que tiene
reflujo, dejar su cabeza más alta que su cuerpo al acostarlo, por ejemplo,
poniendo unos pequeños tacos debajo de la cabecera de la cuna.
El
niño está intranquilo, duerme poco, llora,
vomita...
Qué hacer
La
medida más importante es que la madre pueda estar tranquila y no se preocupe
demasiado por esos vómitos; no suelen tener importancia.
Causa:
Enfermedad orgánica
A
veces, tras el vómito se esconde una enfermedad orgánica, como el reflejo gastroesofágico
patológico, las gastroenteritis o las intolerancias
alimentarias. En estos casos, el vómito suele ir acompañado de otros síntomas.
La intolerancia
a la lactosa se suele manifestar con deposiciones muy líquidas,
ácidas y frecuentes, y la intolerancia a las proteínas de la leche
de vaca con alergia,
enrojecimiento de la piel de alrededor de la boca y diarrea.
El reflujo gastroesofágico
patológico es más agresivo que el normal, y afecta al crecimiento y la salud del
niño.
Qué hacer
Consultar al pediatra para que establezca un diagnóstico e indique un posible tratamiento.
** A partir del año
los vómitos funcionales son menos habituales y
con frecuencia tienen en su origen una enfermedad. La más habitual con
diferencia es una infección del aparato digestivo.
Causa: Gastroenteritis
Es una enfermedad de origen vírico (por
rotavirus casi siempre) que suele presentarse con fiebre, diarrea(heces
abundantes, líquidas y ácidas) y, a veces, decaimiento.
Ofrecerle
líquidos, agua y una bebida rehidratante adecuada a su
edad, que podemos conseguir en la farmacia, ya
preparada.
Hay que
administrar muy poca cantidad de líquido cada vez, pero muy a menudo.
Es importante
no darle jamás bebidas rehidratantes
para deportistas adultos (una práctica bastante común), ya que pueden ser
peligrosas para los niños y causarles una intoxicación salina por
exceso de sodio. Hay soluciones rehidratantes adaptadas a su edad que se pueden
adquirir en las farmacias, (mejor si están ya preparadas)
2. Ofrecerle los
alimentos por los que muestre preferencia (dentro de una dieta sana y
habitual).
Es primordial
no forzarle ni insistirle para que coma, y es
preferible que no llegue a sentirse lleno.
Las comidas estarán
lo más espaciadas posibles para dar tiempo al niño a digerir bien.
Evitaremos
una dieta hipocalórica,
porque el niño necesita calorías y nutrientes que
ha perdido durante la enfermedad.
Hay que ofrecerle una dieta rica y variada, dentro de lo que prefiera.
Evitaremos
fórmulas preparadas a menor concentración, como la leche rebajada, pero no
serán bajas en calorías ni astringentes.
Los niños con problemas de las vías respiratorias altas pueden vomitar,
sobre todo por la mañana, debido a las náuseas que
les provoca el moco acumulado.
La sensación de moco en
la faringe, unida a la tos, también causa vómitos. La
ingestión de moco facilita el vómito porque irrita el estómago.
En estos casos, como en la mayoría de las enfermedades en las
que el vómito es simplemente un síntoma, habrá que tratar la causa que provoca moco y
tos (adenoitis, rinofaringitis, etc.).
** En otras edades
Casi todas las enfermedades pueden causar
vómitos, tanto en los bebés como en niños mayores de un año. Por eso, ante
cualquier otro síntoma es importante recurrir a un pediatra, que diagnosticará
la causa. Si además hay sangre en el vómito, hay que acudir a urgencias
inmediatamente.
Causa:
Somatización
Hay niños que vomitan como
respuesta a un problema psicológico (ir colegio o
la guardería) o
ante una situación que les disgusta.
Algunos incluso lo provocan, visto el efecto que tiene en los padres, pero
la mayoría simplemente somatiza un temor más grande, es una forma física de
mostrar su rechazo por algo.
Si el vómito persiste,
es aconsejable recurrir a un profesional, para averiguar la causa.
Causa:
Tras un golpe en la cabeza
Los golpes en
la cabeza a menudo van acompañados de vómitos.
En la mayoría de las ocasiones se deben a la rabieta que
sigue al golpe y no son preocupantes.
Hay que mantenerse alerta y acudir al especialista si observamos síntomas como mareo, somnolencia,
pérdida de conocimiento o alteración de las pupilas.
Este síntoma indica que hay sangre en
el tubo disgestivo, puede deberse a un problema en esta zona (úlcera gástrica,
esofagitis, etc.) o a que el niño ha deglutido sangre proveniente de la
faringe o de la nariz (en este caso, no es preocupante).
Siempre que aparece sangre en el vómito debemos dirigirnos
inmediatamente a un servicio de urgencias,
sin alarmarnos.
El médico estudiará
al pequeño para
establecer un diagnóstico lo
antes posible. Lo más probable es que se deba a que el niño ha tragado sangre.
Ser Padres