Los sentimientos del padre
cuando se entera que su hijo necesita anteojos pueden ser angustiosos. Puede
afligir saber que el pequeñito tendrá que usar anteojos. Pero, la buena noticia
es que los anteojos pueden ser un factor importante que permitirá a su hijo
mejorar su vista. Esto es una muy buena noticia porque significa que su hijo
tendrá la oportunidad de ampliar su mundo, ver mejor y obtener información de
una manera más eficaz. Después de tantos años de trabajar con las familias, he
ido compilando las siguientes ideas que pueden ser de utilidad a los papás
cuando por primera vez introducen los anteojos. En lo que se refiere a anteojos
nuevos, hay dos componentes críticos que deben revisarse antes de comenzar el
proceso de animar al niño a usar las gafas.
1. El armazón de los anteojos debe
ajustar perfectamente.
Algunos anteojos, especialmente esos para afaquia
(ojos que no tienen cristalino debido a cirugía de cataratas) pueden ser muy
pesados para los niños. El estilo de las gafas es muy importante y el usar una
banda de cabeza puede ayudar a distribuir el peso de las gafas. Asegúrese que
las gafas no aprietan la nariz ni los orejas. Vigile que no dejen marcas rojas
porque eventualmente causarán irritación en la piel.
2. Los lentes deben ser hechos de
acuerdo a la receta.
Es común, que los lentes que no están preparados de
acuerdo a la receta, ocasionen que el niño no tolere los lentes. Este es un
problema que debe ser tomado en cuenta. Para verificar que la receta ha sido
surtida correctamente lleve los lentes al óptico o al doctor de los ojos para
que se determine la veracidad óptica de la receta en los lentes en contra de lo
que el niño necesita.
La
mayoría de los niños aceptan los lentes nuevos una vez que se dan cuenta que el
mundo se ve mejor con ellos que sin ellos. La meta es ofrecerles suficientes
oportunidades para usarlos para que ellos puedan darse cuenta de esto.
Entre
los consejos que les puedo dar sobre los lentes nuevos se encuentran:
3.- Las únicas manos que deben poner y
quitar los anteojos deben ser las manos de un adulto.
Si
el niño se quita los anteojos, asegúrese de volver a ponérselos; y cuando sea
adecuado quitárselos. Tan pronto como el niño se dé cuenta que él/ella puede
controlar los anteojos, es posible que usted pierda la batalla. Con el tiempo
su hijo tendrá la suficiente madurez para tomar esa responsabilidad por sí
mismo, pero al principio es mejor que el adulto tenga el control para que los
anteojos no se conviertan en un juguete o en un arma de manipulación.
4.- Comience con pequeños incrementos
de tiempo y gradualmente auméntelos para incrementar la tolerancia del niño.
Escoja
una hora en que el niño está descansado y de buen humor. Prepárese para
entretener al niño lo más posible para que esté suficientemente ocupado y
distraído que no quiera quitarse los anteojos. Cuando introduzca los anteojos
escoja una actividad que sea muy motivadora, que al niño le fascine. Cuando el
niño se quite los anteojos, ponga alto a la actividad. Reanude la actividad
cuando se deje poner los anteojos otra vez.
5.- Haga de los anteojos una rutina de
la vida cotidiana de su hijo
Póngaselos
en la mañana cuando lo vista y quíteselos antes de la siesta o la hora de
acostarse. En lo que se refiere a los pequeños incrementos de tiempo esta área
es algo que debe explorarse. Por ejemplo, comience poniéndole los anteojos en
la mañana como parte de la rutina de vestirse y déjeselos puestos tanto tiempo
como el niño los tolere, después, al siguiente día aumente ese período de
tiempo. Vea cómo funciona esto, tenga paciencia pero sea firme.
Tanni Anthony
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