25.9.12

Los anteojos y los niños que los usan



Los sentimientos del padre cuando se entera que su hijo necesita anteojos pueden ser angustiosos. Puede afligir saber que el pequeñito tendrá que usar anteojos. Pero, la buena noticia es que los anteojos pueden ser un factor importante que permitirá a su hijo mejorar su vista. Esto es una muy buena noticia porque significa que su hijo tendrá la oportunidad de ampliar su mundo, ver mejor y obtener información de una manera más eficaz. Después de tantos años de trabajar con las familias, he ido compilando las siguientes ideas que pueden ser de utilidad a los papás cuando por primera vez introducen los anteojos. En lo que se refiere a anteojos nuevos, hay dos componentes críticos que deben revisarse antes de comenzar el proceso de animar al niño a usar las gafas.

1. El armazón de los anteojos debe ajustar perfectamente. 
Algunos anteojos, especialmente esos para afaquia (ojos que no tienen cristalino debido a cirugía de cataratas) pueden ser muy pesados para los niños. El estilo de las gafas es muy importante y el usar una banda de cabeza puede ayudar a distribuir el peso de las gafas. Asegúrese que las gafas no aprietan la nariz ni los orejas. Vigile que no dejen marcas rojas porque eventualmente causarán irritación en la piel.

2. Los lentes deben ser hechos de acuerdo a la receta. 
Es común, que los lentes que no están preparados de acuerdo a la receta, ocasionen que el niño no tolere los lentes. Este es un problema que debe ser tomado en cuenta. Para verificar que la receta ha sido surtida correctamente lleve los lentes al óptico o al doctor de los ojos para que se determine la veracidad óptica de la receta en los lentes en contra de lo que el niño necesita.
La mayoría de los niños aceptan los lentes nuevos una vez que se dan cuenta que el mundo se ve mejor con ellos que sin ellos. La meta es ofrecerles suficientes oportunidades para usarlos para que ellos puedan darse cuenta de esto. 

Entre los consejos que les puedo dar sobre los lentes nuevos se encuentran:

3.- Las únicas manos que deben poner y quitar los anteojos deben ser las manos de un adulto.
Si el niño se quita los anteojos, asegúrese de volver a ponérselos; y cuando sea adecuado quitárselos. Tan pronto como el niño se dé cuenta que él/ella puede controlar los anteojos, es posible que usted pierda la batalla. Con el tiempo su hijo tendrá la suficiente madurez para tomar esa responsabilidad por sí mismo, pero al principio es mejor que el adulto tenga el control para que los anteojos no se conviertan en un juguete o en un arma de manipulación.

4.- Comience con pequeños incrementos de tiempo y gradualmente auméntelos para incrementar la tolerancia del niño.
Escoja una hora en que el niño está descansado y de buen humor. Prepárese para entretener al niño lo más posible para que esté suficientemente ocupado y distraído que no quiera quitarse los anteojos. Cuando introduzca los anteojos escoja una actividad que sea muy motivadora, que al niño le fascine. Cuando el niño se quite los anteojos, ponga alto a la actividad. Reanude la actividad cuando se deje poner los anteojos otra vez.

5.- Haga de los anteojos una rutina de la vida cotidiana de su hijo
Póngaselos en la mañana cuando lo vista y quíteselos antes de la siesta o la hora de acostarse. En lo que se refiere a los pequeños incrementos de tiempo esta área es algo que debe explorarse. Por ejemplo, comience poniéndole los anteojos en la mañana como parte de la rutina de vestirse y déjeselos puestos tanto tiempo como el niño los tolere, después, al siguiente día aumente ese período de tiempo. Vea cómo funciona esto, tenga paciencia pero sea firme.
Tanni Anthony

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