13.9.12

Enseña a tu hijo o hija a defenderse del bullying


Cuando un niño es víctima de intimidación, vejaciones e incluso abuso físico en la escuela, es muy probable que no quiera ir a clases o que no salga a jugar al patio escolar a la hora del recreo. También puede tornarse introvertido y melancólico.
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Lo malo es que cuando finalmente el chico se queja de que hay otro niño en la escuela que lo acosa, le pega, le quita el almuerzo, le pone apodos insultantes, etcétera, la reacción de muchos padres hispanos es: "¿Y usted es tonto o gallina? ¿Acaso no se sabe defender?". O bien un simple: "Pues acúsalo con la maestra".

¿Y qué pasa, señor padre, si en realidad su hijo no se sabe defender, si le teme al abusador? ¿Qué tal si el victimario actúa en grupo? ¿Y qué pasa si el niño no se atreve a denunciarlo por temor a represalias?

Hay muchos factores por los que un niño puede sentirse amedrentado y si viene a decírtelo es en busca de ayuda y protección, no para que le digas "tonto o gallina".

Por lo general, estos chicos abusadores suelen ser un poco más grandes o corpulentos que sus compañeros, o provienen de hogares donde abunda la violencia. Con frecuencia quieren ser el centro de atención y se sienten poderosos al influir o dominar a los demás.

De ahí que tiendan a abusar de niños tímidos, de los que se alteran con facilidad o de los que muestren tendencias homosexuales.

Aunque este fenómeno es más común entre los varones, expresado en ataques físicos e insultos, también puede ocurrir entre las niñas, que recurren a agresiones emocionales, como aislar a la víctima en el comedor escolar.

Para que tu niño aprenda a lidiar con los abusadores en la escuela recomiéndale lo siguiente:

• Reaccionar con violencia es contraproducente. Explícale que los niños abusadores quieren tener el control emocional sobre otros. Una respuesta violenta sería justamente lo que él está buscando y su agresión puede ser mayor.

• Ignora los insultos. Un abusador quiere que su víctima explote para así tener la justificación de ofenderlo más. Si los insultos son por correo electrónico, la regla de ignorarlos le dejará claro que su provocación fracasó.

• No hay que demostrarle miedo. Aconseja a tu hijo que mire al abusador a los ojos y que le diga alguna frase como: "No quiero que me molestes más". Si lo crees necesario puedes inscribirlo en un centro para aprender defensa personal como medio de devolverle la confianza en sí mismo.

• Más vale evitar el peligro. Es preferible evadir los lugares donde el abusador se reúne con sus amigos, ya que cuando está con otros es cuando más envalentonado se sentirá.

• Amigos, más amigos. Si un niño crea su propio círculo de amistades y anda con ellos en la escuela, el grupo le dará una sensación de seguridad.

• La ayuda de un adulto. Si crees que lo amerita, haz comprender a tu hijo que el problema debe ser llevado ante los profesores o a los directores del colegio. Si la escuela es seria, seguramente tendrá mecanismos para abordar la situación y evitar las represalias contra él.
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Héctor Pina es psicólogo y periodista

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