Todo el mundo al oeste de África sabe por qué los perros persiguen a los autos y sin problema alguno cualquier persona de ese lugar te podrá contar esa vieja historia tal como sucedió.
Todo inicio hace mucho tiempo con un antepasado de nuestro amigo Liffy, En ese tiempo cuando los autos llegaron por primera vez a los caminos de ese lugar de África. En ese día se encontraba el perrito llamado Liffy con un par de amigos que habían disfrutado de todo un día de juegos y mucha diversión en un gran parque hacia el norte del lugar donde vivían, ese parque tenía muchos juegos y además contaba con las más impresionantes dunas de arena color rojizo, para rodar y jugar entre ellas.
Sus amigos eran dos, un burro muy honesto al que le decían Ceferino y una cabra de muy mal genio llamada La Yumpas.
Todos ellos después de un día de diversión se disponían a regresar a sus hogares, pero como estaban tan cansados de tanto jugar no podían dar un paso más, mucho menos pensar en caminar por tanto tiempo con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol para regresar a sus hogares aún mas cansados de lo que estaban.
Entonces Liffy tuvo una idea y les dice a sus amigos, que les parece si tomamos uno de esos vehículos llamados taxis, así no caminaremos mas y además llegaremos a nuestras casas tranquilos, relajados y sin ningún esfuerzo.
Ceferino y La Yumpas sin pensarlo dos veces solo voltearon a ver el taxi que los llevaría de regreso y dieron un "Si" de inmediato.
Inmediatamente detuvieron al primer taxi que paso y acomodados perfectamente en los sientos de la parte trasera, le indicaron que los llevara a sus hogares con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África.
Cuando llegaron al primer pueblo, el burro Ceferino le toco suavemente en el hombro al chofer del taxi y le dijo "Aquí me bajo, dígame cuanto le debo" son $40 pesos dijo el taxista, El Burro Ceferino se bajo del auto, pago su tarifa y despidiéndose de sus amigos con su pata entro a su casa.
El taxi seguía su camino con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África, Pero Yumpas la cabra no duro mucho tiempo en el taxi, aunque platicaba y platicaba con Liffy sus ojos estaban muy atentos en las calles por las que transitaban y de repente dio un brinco tan fuerte que salió disparada del taxi y se perdió rápidamente en la maleza.
Sus amigos eran dos, un burro muy honesto al que le decían Ceferino y una cabra de muy mal genio llamada La Yumpas.
Todos ellos después de un día de diversión se disponían a regresar a sus hogares, pero como estaban tan cansados de tanto jugar no podían dar un paso más, mucho menos pensar en caminar por tanto tiempo con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol para regresar a sus hogares aún mas cansados de lo que estaban.
Entonces Liffy tuvo una idea y les dice a sus amigos, que les parece si tomamos uno de esos vehículos llamados taxis, así no caminaremos mas y además llegaremos a nuestras casas tranquilos, relajados y sin ningún esfuerzo.
Ceferino y La Yumpas sin pensarlo dos veces solo voltearon a ver el taxi que los llevaría de regreso y dieron un "Si" de inmediato.
Inmediatamente detuvieron al primer taxi que paso y acomodados perfectamente en los sientos de la parte trasera, le indicaron que los llevara a sus hogares con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África.
Cuando llegaron al primer pueblo, el burro Ceferino le toco suavemente en el hombro al chofer del taxi y le dijo "Aquí me bajo, dígame cuanto le debo" son $40 pesos dijo el taxista, El Burro Ceferino se bajo del auto, pago su tarifa y despidiéndose de sus amigos con su pata entro a su casa.
El taxi seguía su camino con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África, Pero Yumpas la cabra no duro mucho tiempo en el taxi, aunque platicaba y platicaba con Liffy sus ojos estaban muy atentos en las calles por las que transitaban y de repente dio un brinco tan fuerte que salió disparada del taxi y se perdió rápidamente en la maleza.
El taxista sin poder hacer nada por esa cabra que se fue sin pagarle, solo continuo con su viaje con dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África.
Más adelante llegaron por fin a la casa de Liffy destino final del taxi, Liffy se preparaba para bajar y pregunta ¿cuanto es? el taxista le dice son 80 pesos. Liffy le entrega un billete de $100 pesos y baja del auto para esperar el cambio, pero el taxista tomo rápidamente su billete y arranco su carro velozmente riendo a carcajadas dejándolo parado a mitad de la calle entre una nube de polvo y sin su cambio.
El Pobre de Liffy termino hecho un montón de polvo y triste porque sus manchitas de colores divertidos ahora eran de color gris, por como terminaron las cosas con el taxista y el inesperado final de ese día que fue de diversión.
Es por esa razón que los burros como Ceferino, las cabras como La Yumpas y el perrito como Liffy reaccionan tan diferentes al ver a un carro acercarse por el camino.
Si te los llegas a encontrar algún día que viajes a África o en algún parque con animales te darás cuenta que los burros permanecen parados justo en donde están al ver un auto, Dejan al chofer manejar a su alrededor sin ninguna preocupación por que ellos saben que ya pagaron y que no han hecho nada malo de que avergonzarse.
Pero cuando un carro se acerca por cualquier camino en donde se encuentra una cabra, esta escapara a toda velocidad, pues sabe que no pago la tarifa y que el taxista la está buscando para cobrar su dinero.
Pero los perros pasan los días enteros persiguiendo carros, buscando al chofer que en esa ocasión lo estafo.
! Un momento! Antes de acabar este cuento déjenme decirles que no todos los perros son iguales y que también existen muchos perritos que se portan muy pero ¡Muy bien!
Pero cada vez que un perro reclame por su cambio, piensen en esa vieja historia del oeste de África cuando un perrito llamado Liffy viajo en taxi con sus amigos en dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África.
Si te los llegas a encontrar algún día que viajes a África o en algún parque con animales te darás cuenta que los burros permanecen parados justo en donde están al ver un auto, Dejan al chofer manejar a su alrededor sin ninguna preocupación por que ellos saben que ya pagaron y que no han hecho nada malo de que avergonzarse.
Pero cuando un carro se acerca por cualquier camino en donde se encuentra una cabra, esta escapara a toda velocidad, pues sabe que no pago la tarifa y que el taxista la está buscando para cobrar su dinero.
Pero los perros pasan los días enteros persiguiendo carros, buscando al chofer que en esa ocasión lo estafo.
! Un momento! Antes de acabar este cuento déjenme decirles que no todos los perros son iguales y que también existen muchos perritos que se portan muy pero ¡Muy bien!
Pero cada vez que un perro reclame por su cambio, piensen en esa vieja historia del oeste de África cuando un perrito llamado Liffy viajo en taxi con sus amigos en dirección hacia el sur bajo ese radiante sol de África.
Mauritania / Ghana del Norte, África
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