9.7.12

Como prevenir la insolación en niños y sus cuidados


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¿Cómo se produce el golpe de calor o insolación?
Un peligro importante relacionado con las altas temperaturas es el golpe de calor o insolación. Nuestro organismo está preparado para mantener una temperatura casi constante, alrededor de 36 a 37 grados centígrados. Cuando la temperatura externa es de 21 grados centígrados, nos encontramos en un equilibrio térmico. Si el termómetro supera esa cifra, el cuerpo humano debe poner en marcha una serie de mecanismos para evitar un incremento en la temperatura corporal.
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El mecanismo fundamental es una vasodilatación de los capilares cutáneos que favorece el paso de sangre por la piel lo cual unido a un incremento de la sudoración, favorece la pérdida de calor por evaporación. Esas pérdidas de agua pueden llegar a ser importantes en determinadas circunstancias, alrededor de 1000 o 2000 ml al día.
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La regulación de la temperatura corporal:
Existen en la piel termo receptores que informan al cerebro sobre la temperatura externa. Esas señales son recibidas en el hipotálamo, que a su vez controla diversos mecanismos implicados en la homeostasis térmica como las glándulas sudoríparas o los vasos de la piel, o en el control de los líquidos corporales como las glándulas suprarrenales. Asimismo, a través de diversos sistemas neuroendocrinos, influye en el funcionamiento de una glándula muy implicada en la generación de calor corporal, la tiroides.
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Si la temperatura exterior es muy alta y no se reemplazan de forma adecuada las pérdidas producidas desencadenándose una insolación o hipertermia. 
El contenido de agua corporal se reduce, la tensión baja apareciendo un cuadro de debilidad y calambres. Se pierde la sudoración, presentando la piel un aspecto seco. La temperatura corporal comienza a aumentar desarrollándose una hiperpirexia o hipertermia. La tensión arterial continúa bajando, disminuye el nivel de conciencia apareciendo nauseas y vómitos que agravan la pérdida de líquidos.
En los casos más graves se desarrolla un shock hemodinámica y una hipertermia maligna. En estos casos el pulso se vuelve débil y la respiración rápida. Cuando la temperatura corporal supera los 41 grados centígrados pueden producirse fenómenos de destrucción celular con fallos en diferentes órganos, llegando a un estado de coma con convulsiones si la hipertermia es grave.
Hipertermia.
Cuando la temperatura corporal se sitúa entre los 37’5 ºC y 37’9ºC se denomina febrícula, si supera los 38ºC es fiebre y por encima de los 40ºC hipertermia. La hipertermia es grave cuando la temperatura llega a los 41ºC y puede ser mortal cuando se sitúa por encima de los 42ºCs
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La hipertermia maligna y mortal:
Se produce cuando la temperatura corporal alcanza los 42ºC, produciéndose la muerte celular (la célula interrumpe sus procesos metabólicos) con destrucción y lesión irreversible de los diversos órganos y sistemas vitales, y el consiguiente shock cardiorrespiratorio y coma.
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¿Existen situaciones de especial riesgo?
Los niños tienen los mecanismos de termorregulación menos desarrollados, y responden peor a las temperaturas extremas. Por otro lado, no reclaman muchas veces el agua que necesitan o no saben expresarse. Supone especialmente un peligro en esas condiciones de calor extremo dejar los niños encerrados en el coche. Se ha llegado a comprobar un incremento de temperatura en el interior de un coche expuesto al sol, de al menos tres a cuatro veces la temperatura externa. Es decir, durante una jornada de calor intenso se pueden llegar a superar dentro de un coche los 100 grados centígrados en pocos minutos.
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Los ancianos pueden presentar un golpe de calor con mayor facilidad al tener más deteriorados los mecanismos de defensa frente a la hipertermia y deshidratarse más rápidamente. Por otro lado, suponen un grupo de población que con frecuencia padecen procesos crónicos que los hacen más vulnerables.
Personas con un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor:
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• Ancianos y niños, con una peor tolerancia a los cambios térmicos.
• Personas con un nivel de conciencia reducido o un deterioro de sus funciones cognitivas.
• Personas que sufren alcoholismo u otros hábitos tóxicos.
• Personas desnutridas o con procesos crónicos debilitantes.
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¿Se puede prevenir el golpe de calor?
La prevención se basa en evitar la exposición al sol cuando son muy altas la temperatura ambiente (olas de calor, sobre todo en las horas de mayor intensidad del sol) y la humedad relativa (por encima del 60 o 70%). Especial cuidado debemos tener con los niños y ancianos. Estas personas pueden tener defectos en los mecanismos de compensación. La sensación de sed no aparece o no saben expresarla de forma correcta. 
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Es fundamental asegurarse en todas esas circunstancias un aporte adecuado de agua. Conviene tener siempre a mano una botella con agua si salimos a pasear con niños, administrando una cantidad regular (al menos 1500 a 2000 ml al día) a los ancianos incluso cuando no manifiesten tener sed. Por nuestra parte, durante la práctica de cualquier deporte debemos reponer cierta cantidad de líquido, al menos unos 250 ml cada treinta minutos (alternando bebidas isotónicas y agua).


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¿Qué debe hacerse frente a un golpe de calor?
Si se produce una insolación, conviene consultar a un servicio médico lo antes posible trasladando a la persona afectada a un lugar más frío.
Es conveniente colocar a la persona afectada tumbada en el suelo y alejada de las altas temperaturas, y comenzar a corregir el déficit de agua que se haya producido. Para ello se le debe administrar agua que irá bebiendo repetidamente aunque sean cantidades pequeñas. 
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Es conveniente intentar bajar la temperatura mojando la piel y aplicando paños mojados y fríos (incluso empleando hielo) en la frente, nuca y axilas, recurriendo a sistemas de ventilación o incluso sumergiendo la persona con hipertermia en una bañera con agua fría. También puede ser aconsejable administrar algún antitérmico. Si la hipertermia no cede, la persona afectada muestra signos neurológicos como una disminución del nivel de conciencia, o no tolera los líquidos orales por presentar vómitos repetidos es importante el traslado a un servicio médico lo antes posible.
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La deshidratación Es un problema muy relacionado con el golpe de calor, al estar implicada en su aparición. La deshidratación es consecuencia de una pérdida de agua corporal. Esa pérdida en época de calor es sobre todo por sudoración y transpiración.
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¿Cómo se puede prevenir una deshidratación?
Es conveniente conseguir un aporte de líquidos adecuado a nuestras necesidades y dependiendo de las circunstancias en las que nos encontremos.
La sed nos ayuda a determinar la cantidad de agua que necesitamos consumir. Considerando todas las pérdidas, y las entradas de agua a través de los alimentos, se puede determinar que al menos es necesario un consumo alrededor de los 1500 a 2000 ml al día. Ese consumo de agua deberá ser mayor cuando las pérdidas sean más importantes como sucede cuando hay fiebre o una temperatura ambiental elevada (calor).
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Personas con un mayor riesgo de presentar una deshidratación:
• Ancianos y niños, con unos mecanismos de compensación algo limitados.
• Aquellas personas que por padecer alguna enfermedad crónica precisan un funcionamiento óptimo de los sistemas orgánicos más relacionados con el agua.
• Enfermos que estén tomando alguna medicación que aumente las pérdidas de agua como los diuréticos
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Cuidado con el deporte y el calor: Al realizar ejercicio físico aumenta el metabolismo y la producción de energía por parte de nuestro organismo. Esa generación de calor "extra" obliga al cuerpo humano a aumentar las pérdidas mediante una mayor sudoración. Esa sudoración incrementa las pérdidas de líquidos y electrolitos, siendo más fácil sufrir una deshidratación o un déficit de minerales como el sodio y potasio que ocasionan molestias (calambres).
Por otro lado, aumenta el trabajo del corazón siendo más estresante para el sistema circulatorio que el ejercicio realizado en otras condiciones más favorables.
Es recomendable no practicar deporte en circunstancias de calor extremo, evitar el agotamiento, ingerir líquidos y llevar ropa adecuada (transpirable). Si padece alguna enfermedad del corazón, evite hacer ejercicio físico en esas circunstancias.
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Dr. Javier Lavilla
Clínica Universitaria de Navarra 

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