El dibujo para el niño es la forma de expresión más
natural junto con el juego. En esta producción aparecen aspectos a
nivel consiente e inconsciente. En el gráfico del niño veremos lo que siente,
piensa y la vivencia particular que ese niño tiene del mundo y de lo
que lo rodea. La producción gráfica la encontramos desde las épocas remotas en
el arte rupestre primitivo, lo cual les permitía comunicar su forma de vida.
En
la actividad de graficar lo primero que ponemos a funcionar es la
actividad motora y visual. Y a través de ello pensamos cómo ese sujeto que
está graficando percibe el mundo que lo rodea, su entorno. En este sentido con
lo que cada sujeto produce y crea nos está mostrando parte de sí, de su
psiquismo y lo que ha integrado.
El
niño grafica frente a una hoja vacía, en tanto hay que ver. ¿Cómo se ubica o
sitúa frente a esa hoja- mundo?, ¿cómo planifica u organiza el espacio?, ¿cuál
es el primer referente del sujeto para moverse en el espacio? El cuerpo
viene a constituirse como el primer referente para conocer y sentir. El
niño podrá dibujar a través del proceso de asimilación y acomodación de datos.
Es así que cobra real importancia los sentidos, pues son justamente
estos, el medio para conocer lo que lo rodea y acercarse a ello, y por lo tanto
son los que le permiten la relación con ese medio. Por eso cuando el niño
grafica hay que ver qué cosas ha tomado del medio y con qué cosas se identifica.
En este sentido se vuelve importantísimo la identificación y
la capacidad de expresión. El niño tiene que conocer e ir
conociéndose para luego identificarse con los otros. Por ejemplo, un niño en el
jardín no tiene un real contacto con el otro, no se tiene en cuenta al otro por
eso no hay comunicación; pero el pre púber ya se ubica en un medio social,
tienen conciencia de ser miembro de la sociedad, por lo tanto considera al
otro.
Desde
la teoría psicoanalítica se considera que tanto el graficar como el
juego pueden ser terapéuticos, pues entienden que toda actividad creativa
es terapéutica. Pero en lo terapéutico tiene que haber un otro, en tanto el
medio es importante, pero no es lo más importante. Desde la psicología tomamos
el punto de vista del desarrollo, por ejemplo lo esperable para determinada
edad, pues la adquisición del conocimiento se ve reflejada en los gráficos,
si bien cada etapa va tomando elementos de etapas anteriores pues hay
movimiento y transferencia entre etapas. Acá influirán las experiencias del
niño y el medio que rodea al niño. No existen dos producciones
iguales, ni siquiera en un mismo niño justamente por la posibilidad de
movimiento y transformación.
Es
imprescindible a la hora de analizar el dibujo en el niño tomar en cuenta
aspectos cognitivos, afectivos y fisiológicos. Como por ejemplo:
¿Se compromete el niño con el dibujar? ¿Cómo lo hace?, ¿produce lo esperable
para su edad?, sino lo hace hay que preguntarse el porqué. El desarrollo fisiológico
lo vemos a través de por ejemplo, la coordinación viso- motora, es decir como
coordina sus movimientos con aquella imagen que desea graficar. Por otra parte
el desarrollo intelectual lo podemos observar a través de como ese dibujo da
cuenta del nivel intelectual, cómo ha incorporado conocimientos y los integra
en el gráfico, cómo es su desarrollo perceptivo y qué relación establece entre
los objetos.
Pero
el dibujo también da cuenta de su desarrollo social, es decir
cómo el niño puede identificarse, pues hay edades donde el niño plasma
elementos de su vida cotidiana o personas a las cuales quiere parecerse, dando
cuenta esto también de su desarrollo.
Cuando un
niño dibuja figuras desnudas… ¿Tiene algún problema sexual?
NO siempre. Como padres debemos estar observando los
dibujos de nuestros hijos, ya que forman parte de su mundo de juegos, pero
debemos aprender a distinguir cuándo nos están transmitiendo que hay algún
problema y cuándo representan la expresión normal de su desarrollo.
Lo primero es observar la edad
del niño. Generalmente, en la primera infancia, los niños dibujan su mundo,
pero también expresan conocimiento. Si un niño enfoca la desnudez como parte de
su dibujo hay que observar el ambiente en que se presenta la figura. Por
ejemplo, una figura desnuda, solitaria, que está en el baño, no tiene el mismo
significado que una figura desnuda en un parque lleno de gente o en una playa
donde los demás tienen traje de baño. En el primer ejemplo, es obvio que el
ambiente es el adecuado para encontrar una figura desnuda, pero en el segundo,
deberíamos averiguar qué quiere expresar el niño a través de la diferencia de
la desnudez y la vestimenta.
Al ver el dibujo, no debemos
concluir inmediatamente que se trata de una dificultad sexual o el efecto de un
abuso sexual o que el niño ha sido expuesto a la pornografía. La mejor actitud
es mantener la calma para poder comprender cuál es el contenido de dicho dibujo
con el mismo niño.
Si el padre o la madre se
alarman, probablemente el niño interpretará que su dibujo es inapropiado frente
a sus expectativas y no querrá hablar al respecto. En cambio si se lo trata
como a cualquier otro dibujo, podríamos obtener una información vital que nos
ayudaría a nivelar la información general que posee el niño respecto a dicho
tema.
Las preguntas claves que
podríamos hacerle serían: ¿para quién hizo el dibujo?, ¿en qué estaba pensando?
De esta forma basamos la información en la realidad, y no en suposiciones y
alarmas innecesarias que lo que pueden es provocar mayor confusión sobre lo que
debe y no debe hacer.
¿Cuándo un dibujo es
inapropiado en cuanto a contenido?
Cuando esté acompañado por
erecciones, con vaginas recibiendo esa erección, situaciones de penetración
anal, cuando además, está acompañado de palabras y frases descompuestas.
Cuando el niño, al ser
cuestionado ligeramente, rebota el tema o se pone muy agresivo, y no quiere dar
respuestas sobre este dibujo, entonces sí podríamos concluir que existe una
información inadecuada en el niño que provoca angustia en cuanto a su propio
concepto de lo que está bien o mal, y decide dibujarlo como medio de sacar esta
ansiedad. Es aquí cuando debemos buscar ayuda externa, ya seamos padres o
maestros, centrándonos siempre en intentar recoger la información que tiene ese
niño y que está llamando nuestra atención.
Con un comportamiento calmado y
con una actitud de observación evitaremos mencionar todas las posibilidades
anteriores delante del menor, y ponerlo en tela de juicio sin razón.
Es importante señalar que
existen pruebas psicológicas proyectivas que toman en cuenta los dibujos de los
niños, adolescentes y adultos, pero realizándolos de una manera muy dirigida y
con un propósito muy definido. Un dibujo espontáneo no entra dentro de la
categoría de test psicológico, por lo tanto el análisis del mismo no sería
recomendable ni objetivo para saber si el niño está siendo abusado o no, pero
puede ser una alerta de los temas que domina el niño o sus preocupaciones.
Tenemos la responsabilidad de
enseñarles a nuestros hijos cuáles son nuestras expectativas como padres
respecto a todas las dimensiones de la vida, pero debemos centrarnos en el
modelo de pautas sin exageraciones, y entendiendo siempre la libertad en las actividades
expresivas y de juego que casi siempre acompañan nuestras primeras edades, y
que luego se convierten en parte de lo que seremos en nuestro transitar por la
vida.
Lic.
Rosalba Gautreaux Betancourt Psicóloga escolar
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