Momentos en los que la familia está pendiente sólo
de estar cerca del hijo enfermo, sin otra preocupación que atender, aparecen la
angustia, el estrés, el miedo a lo que va a venir, la desconfianza, los
recelos, los sentimientos de culpabilidad, etc.
A estos iniciales problemas, se añadirán a lo largo
de los días otros muchos a los que se tendrán que enfrentar, pero que aún no ha
tenido tiempo ni de pensar en ese momento inicial: la pérdida de colegio del
niño; la falta de asistencia del padre y de la madre al trabajo; los problemas
económicos; o la problemática surgida con el resto de los hermanos del niño
enfermo.
Comienza así una nueva etapa dentro de la vida familiar desconocida y a la que se debe hacer frente, surge entonces la pregunta cuál debe ser la respuesta de la familia, si el niño se enfrentan a ella con optimismo, no cabe duda de que se superará con mayor rapidez y con unas condiciones mejores que si unos y otros se encierran en sí mismos y dejan que la enfermedad provoque una serie de desajustes.
Comienza así una nueva etapa dentro de la vida familiar desconocida y a la que se debe hacer frente, surge entonces la pregunta cuál debe ser la respuesta de la familia, si el niño se enfrentan a ella con optimismo, no cabe duda de que se superará con mayor rapidez y con unas condiciones mejores que si unos y otros se encierran en sí mismos y dejan que la enfermedad provoque una serie de desajustes.
El niño
enfermo
Todo niño enfermo, de entrada y al igual que la
familia, siente angustia, ansiedad, temor a lo desconocido, intranquilidad,
inseguridad y temor a la muerte. A ello se añade un componente más, el aspecto
académico, ya que si la enfermedad se prolonga en el tiempo, por padecer una
enfermedad crónica (niños con asma, diabéticos, celíacos, epilépticos, niños
con leucemia, deficientes psíquicos, etc.), sienten temor por perder el
colegio.
La reacción de éstos, sin embargo, no siempre es la misma, dependiendo de su personalidad. Para algunos, los considerados dentro del grupo de los dependientes, lo más fácil es refugiarse en el calor familiar: pretenden una atención permanente por parte de todos, con la pretensión de superar esa sensación de malestar que les embarga; y los padres apoyan esta reacción. En cambio otros adoptan una conducta desafiante ante la enfermedad, sin tener en cuenta el riesgo que entraña su situación. Finalmente, aquellos otros niños que se muestran retraídos, distantes de todos, debido a que su enfermedad ha sido causa de que la familia los haya alejado de todos.
La reacción de éstos, sin embargo, no siempre es la misma, dependiendo de su personalidad. Para algunos, los considerados dentro del grupo de los dependientes, lo más fácil es refugiarse en el calor familiar: pretenden una atención permanente por parte de todos, con la pretensión de superar esa sensación de malestar que les embarga; y los padres apoyan esta reacción. En cambio otros adoptan una conducta desafiante ante la enfermedad, sin tener en cuenta el riesgo que entraña su situación. Finalmente, aquellos otros niños que se muestran retraídos, distantes de todos, debido a que su enfermedad ha sido causa de que la familia los haya alejado de todos.
Respuesta
de la familia
¿Qué puede hacer la familia ante la enfermedad del
hijo?
- -La familia, los padres deben ser el principal soporte psicológico de éste, de ahí la importancia que los padres se encuentren tranquilos y conscientes de este papel.
- -Proceso de adaptación del niño enfermo y esa situación provoca un desajuste entre los diferentes miembros de la familia (padres, hermanos, etc.) que hay que tener siempre presente.
- -Situación laboral de los padres; la atención por parte de los padres al niño enfermo.
- Tres momentos o fases a los que toda familia se enfrenta :
- -Sensación de perplejidad, el pensar que eso no le ocurre a ellos, que no es verdad lo que le sucede
- -Rabia y resentimiento, que suele acabar con un enfrentamiento con el cónyuge o la sociedad a veces buscando culpables, que no siempre existen.
- -La familia se resignará y aceptará con tristeza la nueva situación, así como el diagnóstico.
- Se entiende, por lo tanto, que la respuesta de la familia cuando uno de sus hijos tiene una enfermedad crónica debe ser, una vez superados los primeros momentos de confusión, de estímulo, positiva, pues se va a convertir en su principal apoyo psicológico y social.
- La familia ante la enfermedad del hijo debe ser el principal soporte anímico en el que apoyarse; de una actitud positiva por parte de los padres va a depender que el niño mejore más rápidamente.
- -Dar a la familia la información precisa que le permita conocer el alcance de la enfermedad de su hijo y sus posibles consecuencias.
- -Rodear al niño y a la familia de un ambiente de optimismo, que le permita superar la enfermedad con mayor rapidez.
- -No dejar que el niño se encierre en su habitación, en su mundo, sino que se comunique con los demás niños que se encuentran como él. Lo mismo con las familias, ya que las interrelaciones entre ellas permitirán que éstas encuentren causas comunes en las que apoyarse y poder así ayudar mejor a su hijo enfermo.
- -Poner a su disposición todos los recursos educativos precisos para que el niño pueda seguir en el hospital y después en su domicilio una atención escolar adecuada a su edad.
- -Ayudar psicológicamente a la familia, en especial, a los padres, no sólo para que sean comprensivos con sus hijos, sino también para que no olviden a los hermanos sanos, que tanta ayuda necesitan.
Sosfamilia
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