Parece sencillo cuidar a nuestro hijo cuando tiene
gripe o no se encuentra bien, pero a veces tenemos dudas: ¿nos necesita a su
lado? ¿Hay que insistirle para que coma? ¿Qué hacer con la fiebre? ¿Debe estar
en cama?
Algunos principios inamovibles
han variado. La forma en que nos cuidaban nuestros padres no es siempre la más
adecuada y también nuestras circunstancias han cambiado: ya no vivimos como
nuestros padres. Resolvemos algunas de nuestras principales dudas sobre
enfermedades comunes como catarros, resfriados o gripe.
1. ¿Cuándo no ir al colegio?
Sobre todo cuando trabajan los
dos padres, no es fácil optar por dejar al niño en casa. Sin embargo, hay
síntomas que no podemos ignorar. Los criterios a la hora de decidir si el
pequeño debe ir o no a la escuela son éstos:
· La fiebre: si la tiene alta, o no
es muy alta pero no le baja, no debe ir al colegio. En primer lugar, porque él
no está en condiciones de seguir un ritmo normal y su cuerpo necesita descanso;
en segundo lugar, porque su enfermedad puede ser contagiosa.
· El estado
general nos da una gran
información. Si no tiene apenas fiebre pero se encuentra muy decaído, sin ganas
de hacer nada, es muy posible que esté incubando algo y deberíamos dejarlo en
casa por su propio bien. Además, el periodo de incubación normalmente suele ser
el más contagioso.
· El riesgo de
contagio es el tercer
criterio. Si ya sabemos que la enfermedad es contagiosa, no debe ir al cole
aunque se encuentre bien, e incluso hasta que esté totalmente curado. Hay virus
y bacterias que se transmiten con mucha facilidad.
2. ¿Me tomo el día libre?
Los
enfermos tienen especial necesidad de mimos y cariño. Se sienten mal y
necesitan que les transmitamos seguridad. Se sentirán más protegidos si
nos tienen a su lado y, siempre que podamos, esto es lo que debemos hacer. Si
no es posible, es importante dejarlos con una persona que les atienda y les dé
ese extra de cariño y seguridad. Y cuando volvamos a casa, debemos dedicarles
toda nuestra atención y tiempo.
3. ¿Cuánto le abrigo?
· Si tiene fiebre, es preferible que lleve algo menos de ropa para
perder calor en una habitación a temperatura ambiente.
· Si no tiene fiebre, puede llevar la ropa que quiera.
· La temperatura de la habitación no debe subirse porque el niño
esté enfermo. Es conveniente airearla varias veces a lo largo del día, y es
mejor que esté fresquita que sobrecargada.
· La ropa de algodón, que permite una mejor transpiración, es
preferible a la sintética: él se sentirá más limpio.
4. ¿Cómo y cuándo le doy las medicinas?
· Hay medicamentos de los que es importante mantener unos niveles
en sangre, como son los antibióticos. En este caso, seguiremos estrictamente
las indicaciones del pediatra.
· Haremos lo posible para que se tomen la medicina voluntariamente
mediante acuerdos, alicientes o, simplemente, concienciándolos, dependiendo de
su edad. Si se la damos sin su consentimiento, puede ser que acabe vomitándola.
· En cuanto a los antitérmicos y antitusígenos, no es necesario
administrarlos con tanta precisión:
Los antitérmicos, encargados de
bajar la temperatura, son recomendables cuando la fiebre genera malestar en el
niño. Si, a pesar de ésta, el niño se encuentra bien, no es necesario dárselos.
Hay enfermedades que incluso evolucionan mejor con fiebre que sin ella. Los
administraremos en los momentos necesarios, según nos indique el pediatra.
Los antitusígenos, o jarabes para
la tos, tampoco hay que darlos habitualmente. La tos es un mecanismo de
eliminación de mocos que tiene una función de limpieza. Los administraremos con
cuidado, siguiendo las indicaciones del pediatra, ante determinados tipos de
tos y en momentos concretos del día (normalmente de noche).
5. ¿Lo baño o espero a que se
ponga bien?
No existe ninguna
contraindicación para no bañarle durante la enfermedad. Todo lo contrario: le
ayuda a sentirse más limpio y relajado al final del día. Si estuviera demasiado
decaído como para bañarse, podemos lavarlo por partes cada día: le refrescará y
le aliviará.
6. ¿Mejor en cama? o ¿Puede salir a la calle?
Antes se pensaba que un niño en
cama se recuperaba mejor. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la
inmovilidad perjudica a los pequeños. Cuando el pequeño dé muestras de querer
pasar al salón con el resto de la familia, no pasa nada por permitírselo.
Respecto a salir o no a la calle, el sentido común nos guiará. Si está ya en fase de
recuperación, no tiene fiebre y hace un buen día, podemos salir con él a dar un
paseo corto, abrigándole convenientemente (ni mucho ni poco).
7. ¿Lo aislamos para que no contagie?
Hay determinadas enfermedades,
las que se contagian por vía aérea, de las que es difícil aislar a los
hermanos: unos las cogerán y otros no en función de su propia inmunidad. Pero
hay otras enfermedades contagiosas, especialmente las gastrointestinales, que
podemos (y debemos) evitar que pasen a sus hermanos.
Ante estas enfermedades,
principalmente de transmisión fecal-oral, es necesario que el niño se lave las
manos después de ir al baño, que no use el mismo cuarto de baño de la familia
(puede usar otro o un orinal) y que no comparta los utensilios con los que
come.
8.
¿Cómo lo entretengo?
Los niños enfermos suelen estar
decaídos y no necesitan mucha actividad o prefieren actividades pasivas. Pero
es muy importante jugar con él y prestarle atención.
· Podemos contarles cuentos y ver con ellos sus pelis favoritas.
· Cuando el peque empiece a encontrarse mejor, prepararemos un
espacio cálido en el que jugar: la cama o una manta en el suelo.
· Podemos integrarle, además, en nuestras actividades: que nos
ayude a preparar su zumo, la comida, que nos acompañe mientras planchamos, etc.
9. ¿Qué
le hago para comer?
A no ser que el pediatra diga
lo contrario, el niño enfermo puede comer lo que le apetezca; no hay que seguir
ningún tipo de dieta especial. Es posible que rechace determinados alimentos y
hemos de respetarlo. Lo habitual es que pierda el apetito, pero no debemos
insistirle para que coma más (bajo la consigna de que ha de recuperar fuerzas).
Lo que sí podemos hacer es
permitirle comer alimentos fáciles de tragar y que le gusten: flanes, batidos,
etc. No nos preocupemos, pues se mueve poco y apenas gasta energía. Pero no
debemos equivocarnos: con la excusa de que está malo, no hay que darle
golosinas. Es importante, eso sí, que beba suficiente líquido, sobre todo si
tiene fiebre. Hay que evitar refrescos y bebidas frías.
10.
¿Cuándo puede volver al colegio?
· En los resfriados, puede volver al colegio 24 horas después de
que haya desaparecido la fiebre y siempre que su estado lo permita (ya está
contento y vuelve a ser el mismo).
· Cuando ha pasado por una enfermedad más grave, como una
neumonía, hay que esperar una semana después de que hayan remitido los
síntomas.
· Tras ciertas enfermedades infecciosas como la varicela, también
se debe esperar una semana (o a que todas las ampollas se hayan convertido en
costras y se estén cayendo).
Iván
Moreno y Manuel Paz, pediatra, director del Centro de Salud de Portada Alta,
Málaga
muy buena informacion
ResponderBorrargracias FiLi!!!!