Estudios demuestran que las guarderías infantiles en los Estados Unidos no están dejando a los niños jugar al aire libre por razones sorprendentes, sumando a las preocupaciones sobre obesidad e inactividad infantil.
Los niños se quedan adentro por miedos de sus padres y negligencia de las guarderías
Investigadores del Centro Médico del Hospital Infantil de Cincinnati descubrieron que muchas guarderías infantiles no permiten a los niños salir al aire libre si están usando sandalias en vez de zapatillas deportivas o si no tienen la ropa o abrigo adecuados para juegos en el exterior.
Algunos padres intencionalmente envían a sus hijos a la guardería sin un abrigo para mantenerlos adentro, lo que puede resultar en que clases enteras deban permanecer en la sala durante todo el día.
Para peor, las profesoras de guarderías suelen hablar por teléfono o enviar mensajes durante las horas de juegos al aire libre, o sienten que tienen demasiado sobrepeso como para animar a los niños a mantenerse activos fuera de la sala de clases.
Richard Louv, autor de “Last Child in the Woods: Saving Our Children From Nature Déficit Disorder” (“El ultimo niño en el bosque: Salvando a nuestros hijos del desorden de déficit de naturaleza”), promueve la idea de dar a los niños una mayor libertad para explorar el exterior a pesar de los posibles peligros.
“Mis hijos no corren tan libremente como lo hice yo. Creo, sin embargo, que debemos realmente tener la intención de sacar a nuestros hijos al aire libre,” dijo en una entrevista con el U.S. News & World Report.
Los estudios demuestran que jugar al aire libre ofrece distintivos beneficios para los niños, incluyendo prevención de la obesidad, mayor concentración, mejoras en la imaginación y en el sentido de ubicación. Preocupantemente, el porcentaje de niñas que se mantienen físicamente activas durante la adolescencia está declinando.
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