22.12.11

Actividades para las felices fiestas de Navidad

Felices Fiestas

Las calles iluminadas, los escaparates llenos de papás noel y reyes magos, los turrones... Llegan las Navidades y empezamos a pensar en todos los preparativos que nos esperan en las fiestas familiares por excelencia. Hay que organizar las cenas y comidas, adornar la casa, comprar los regalos, enviar las tarjetas postales...¿Por qué no involucrar a nuestros hijos en algunas de estas actividades? Para ellos, la Navidad es una época mágica que viven con mucha ilusión.


¿Qué podemos hacer para que estos días sean todavía más especiales? 
En este artículo encontrarás algunas propuestas que pueden ayudarte.


No sabemos cómo, pero siempre se nos acaban tirando encima. Un buen día, caminando por la calle, nos damos cuenta de que ya están colgadas las luces de Navidad… ¡en pleno mes de noviembre! Y aun así, cuando queremos empezar a preparar las fiestas, casi las tenemos en la puerta de casa. 


Hay que pensar en las comidas y cenas, en los regalos, en distribuir los días con los miembros de la familia y, cómo no, en los niños, que están de vacaciones y no paran en casa. La climatología no acompaña durante esta época para salir al parque o a pasear, así que lo mejor es que pensemos algunas actividades que sirvan tanto para entretenerlos como para involucrarlos en unas fiestas que, en general, les encantan. 


La Navidad es para ellos un periodo excepcional, y no sólo por los regalos y la llegada de los Reyes (uno de los grandes acontecimientos del año). Es una época de la que se esperan muchas cosas. Las reuniones familiares, más o menos multitudinarias, las comidas preferidas, las salidas al cine o a ver otros espectáculos… Pero, ¿qué actividades podemos organizar para que nuestros hijos vivan las Navidades como unas fiestas interesantes, divertidas y… educativas? He aquí algunas proposiciones para hacer dentro y fuera de casa:


Actividades fuera de casa
Asistir a alguna representación de teatro, "belén viviente" o similar. Muchas localidades montan, con motivo de la Navidad, representaciones teatrales que rememoran los orígenes de esta fiesta religiosa. Gracias a estos montajes, los niños pueden conocer, de una manera amena y divertida, cómo se interpreta la Navidad, el porqué de los belenes y de otras tradiciones. Algunas poblaciones mantienen, desde hace muchos años, la tradición de representar escenas navideñas o textos relacionados con la cultura y la historia locales. Es importante que los niños conozcan estas tradiciones que forman parte de la memoria colectiva. También podéis asistir a alguna sesión de cuentacuentos o de títeres.


Ir al cine. En Navidad se estrenan muchas películas infantiles. De hecho es, con el verano, la época que más oferta para niños encontramos. Es, por tanto, una oportunidad óptima para elegir una buena película y acompañar a nuestros hijos a sentarse delante de la gran pantalla. Para los niños pequeños es bastante difícil mantener la atención tanto rato seguido, se cansan, hablan y muchas veces quieren salir de la sala. Claro que también depende del tipo de película que elijamos. Las de dibujos animados son, en general, las que más gustan a los pequeños, aunque a partir de los 5 ó 6 años ya son capaces de disfrutar de historias un poco complejas. Les ayudará a seguir el argumento si les explicamos la trama antes de ir al cine. Debemos seleccionar en la cartelera las películas acordes a su edad. Y, si es posible, elegiremos un relato que transmita valores como la solidaridad y el amor al prójimo. En este caso, al salir del cine podemos hablar con los niños sobre lo que significa portarse bien con los demás y la importancia de que esta actitud se mantenga durante todo el año, y no sólo en las fiestas navideñas.


Visitar ferias de Navidad y fiestas tradicionales locales. Generalmente, en estas fechas se organizan ferias donde se venden y exponen objetos de decoración, figuritas de pesebre y otros motivos relacionados con la Navidad. En estos lugares, los niños pueden conocer la artesanía local y entrar de lleno en el ambiente festivo. Ven las luces que iluminan las calles, escuchan la música que sale de altavoces y tenderetes, notan el olor de los abetos, de las almendras garrapiñadas… En definitiva, entran en contacto con algunos de los elementos que animan la calle durante la Navidad. Es muy probable que, en medio de tantos objetos, los niños quieran comprar alguna cosa, cuando no todo. Intentaremos que el paseo no se convierta en una compra compulsiva de todo aquello que entra por sus ojos. Propondremos que elijan una sola figurita para completar el belén o una guirnalda o bien el árbol de Navidad, a ser posible con raíces para, una vez acabadas las fiestas, poder plantarlo en la montaña o algún otro lugar destinado a ello.


Llevarlos a talleres infantiles que organicen programas de juegos relacionados con la Navidad. En ocasiones, las ludotecas, bibliotecas públicas y otros centros especializados ofrecen programas destinados a acercar las fiestas a los pequeños. Lectura de cuentos navideños, marionetas, dibujos o manualidades para adornar la casa… son algunas de las actividades que proponen estos lugares para días previos a la Navidad. En estos lugares compartirán con otros niños, y con profesionales de la educación y el juego, experiencias relacionadas con estas fiestas.


Salir a comprar turrones y otros productos típicamente navideños. Cuando empiezan las vacaciones en el colegio, podemos aprovechar una tarde para salir a comprar los turrones, polvorones y barquillos con los niños. En vez de ir al supermercado y cargar el carro como una rutina más, podemos convertir este día de compras en una "excursión" que involucre a los pequeños en los preparativos de los postres festivos.


Visitar a familiares. Es una actividad, casi diríamos, intrínseca a la Navidad. Durante esos días nos reunimos con nuestros padres, hermanos, abuelos, primos y demás parentela. Los niños suelen vivir estos encuentros como momentos emocionantes, sobre todo si se trata de familiares que ven de vez en cuando. Las comidas se convierten en eventos excepcionales.


Actividades en casa: En primer lugar, podemos implicar a los niños en adornar la casa. Esta actividad genera múltiples posibilidades a las que nuestros hijos (y nosotros) pueden dedicar horas. La casa se convertirá en un gran taller de manualidades donde se elaborarán guirnaldas de papel, se colgarán bolas y adornos, se dibujarán monigotes para colgar en el abeto, se hará "nieve" para las ventanas… Se pueden hacer muchísimas cosas, preferiblemente bajo nuestra supervisión para ayudarles con el material, para compartir la decoración de la casa y tal vez para evitar algún desastre con la nieve en los vidrios de las ventanas.


Montar el belén. Una de las actividades "estrella" para los niños. La mayoría de las familias, tengan o no creencias religiosas, buscan un rincón para instalar el pesebre, que es, en sí mismo, la representación del origen de las fiestas. Si nos animamos, antes de poner las figuritas en el pesebre, podemos incluso salir a buscar pequeños troncos, piedras, hojas... Después montaremos el río con papel de aluminio, la nieve con harina… y, si queremos, las lucecitas que iluminarán el belén durante estos días.


Adornar el árbol de Navidad. Hasta hace unos años, acababan las fiestas y un montón de abetos se apilaban en los contenedores de basura. Últimamente, en cambio, los ayuntamientos y otras entidades locales han promovido campañas de recogida de los abetos. Ésta es una de las posibilidades que tenemos para después de Navidad, aunque lo mejor es que salgamos a replantar el árbol, una opción que podemos contemplar siempre que lo hayamos comprado con raíces, una medida que cada año adopta más gente. El árbol de Navidad es otra de las "estrellas", aunque no todas las familias eligen esta tradición. En cualquier caso, pongamos o no pongamos abeto, podemos explicar a los niños qué comporta talar un árbol y por qué es positivo replantarlo. Si no queremos comprar el abeto natural, podemos elegir un árbol de plástico, que además servirá de un año para otro.


Dejar que colaboren en la cocina para hacer dulces navideños. Nos pueden ayudar a hacer pastelitos, a preparar las bandejas de frutos secos y de turrones, a colocar algunos utensilios que necesitaremos para poner la mesa… De esta manera, se sentirán implicados en los preparativos de las comidas y cenas que organicemos en casa y aprenderán cómo se hacen los dulces típicos, en caso de que los cocinemos nosotros.


Hacer instrumentos musicales sencillos. Si construimos una pandereta, unas campanas o un tambor, tendremos instrumentos para acompañar a los villancicos y canciones populares que podemos cantar en casa. Se las podemos enseñar nosotros o bien podemos comprar algún disco o cassette (mejor si también incluyen un libreto con las letras) para que las aprendan. La música es un elemento importante en Navidad y para los niños resulta muy divertido poder cantar y tocar las canciones que escuchan en su entorno durante las fiestas.


Confeccionar tarjetas postales para enviar a la familia o a los amigos. Ellos mismos pueden dibujarlas, escribirlas y enviarlas. Con esta actividad los niños disfrutan tanto de pintar y colorear como de llevar las cartas a Correos, ya que de esta manera se sienten protagonistas. También podemos proponerles decorar un rincón de la casa con las postales que vayan llegando a nuestro nombre. Así al final de las fiestas podremos ver todas las que hemos recibido en un lugar bien visible.


Participar en la campaña de juguetes. La Navidad es un buen momento para fomentar la solidaridad entre nuestros hijos ya que esta época es, por tradición, proclive a los sentimientos de ayuda al prójimo. Podemos aprovechar estas fechas para hablar a nuestros hijos de lo que significa la solidaridad, aunque les haremos notar que las actitudes de cooperación se deben mantener durante todo el año, y no sólo en momentos determinados. Si son pequeños, acciones concretas como la campaña de juguetes nos pueden ayudar a que acepten la ayuda a los demás como un hecho positivo.


Lectura de poemas o relatos navideños. Hay numerosos cuentos y narraciones que hacen referencia a la Navidad y que podemos leer en casa. Por poner el ejemplo más conocido, la historia del avaro Mr. Scrooge, protagonista de Cuento de Navidad de Dickens. Algunas de estas historias se han popularizado extraordinariamente gracias a la televisión, que año tras año programa los "clásicos navideños de hoy y de siempre", como Juan Nadie y ¡Qué bello es vivir!, ambas de Frank Capra.


Éstas son sólo algunas propuestas, ya que se nos pueden ocurrir montones de actividades para animar las fiestas y para que los niños vivan la Navidad con interés y entusiasmo. Eso sí, mejor que pensemos lo que queremos hacer con tiempo. De esta manera, no nos agobiaremos con las comidas y cenas, visitas familiares y compra de regalos.


Eva Moure Regueiro
Licenciada en Ciencias de la Información

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