22.10.11

¡Por favor! No me lleves a la escuela…


No importa cuánto disfrute su hijo o su hija de ir a la escuela, en algún momento y de manera inesperada, probablemente intentará convencerle de que está muy enfermo para asistir o buscará cualquier otro pretexto para no ir. Por supuesto no será motivo de preocupación si esto sucede rara vez pero, si ocurre a menudo y dentro de una semana o dos, entonces usted querrá saber si algo más serio está sucediendo y que hace que el niño o la niña no quiera ir a la institución escolar.


Todos los padres quieren conocer a ciencia cierta qué es lo que sucede y si sus hijos están intentando evitar el encuentro con algo o con alguien. Para poder manejar mejor esta situación a continuación le presentamos algunas sugerencias de los especialistas que pudieran ser de ayuda en el manejo del asunto.


No es inusual que los niños en edad escolar desarrollen actitudes malvadas entre ellos. No tenemos sino que recordar cómo nos sentíamos nosotros cuando íbamos a la escuela y las experiencias, a veces muy tristes, que vivimos debido al trato recibido de parte de algunos compañeros.


En la actualidad parecería que los infantes son incluso más crueles de lo que solían ser los de las generaciones pasadas. Cuando hay en el aula de clase un compañero que le está haciendo la vida imposible, al escolar, esa es con seguridad la razón por la que dice en casa que se siente enfermo y no quiere ir a la escuela.


Cuando su hijo se queja de no sentirse bien durante toda la semana y, milagrosamente, se mejora el viernes a las cuatro de la tarde, entonces sus padres saben muy bien lo que está sucediendo. ¿Cuáles son las opciones? ¿Cómo ayudar al pequeño o la pequeña a superar este problema de manera que quiera retornar a la escuela feliz como lo hacía antes?


Usted debe hacerle saber a su hijo o hija que está allí para escucharle y ayudarle con cualquier preocupación que pudiera tener sobre cualquier cosa. “No importa si el tema les hace sentir incómodos tanto a los padres como a los hijos, los adultos de la ecuación tienen que hacerles sentir a sus hijos que pueden hablar con ellos sin preocupaciones y sin temores. Estar siempre a su disposición, escucharles de verdad con atención lo que tienen que decir, es muy importante”, señala Melinda Blau, periodista especializada en temas de familia y salud y co-autora, junto al doctor Ron Taffel, de libro ‘Buenos padres, mejores hijos’, que ha sido editado en español por Editorial Norma.


La especialista recomienda que se les haga preguntas sin que estas parezcan como si se tratara de un examen legal como el que los abogados hacen a alguien que ha sido declarado culpable. Se pueden hacer preguntas como “¿Está todo bien en la escuela?” o “¿Tienes problemas con alguien en la clase?” sin que esto suene a una fatalidad. Si ellos contestan sin quitar la mirada de los ojos adultos o si no evitan la interrogante, significará que todo está bien en ese campo. Pero cuando empiezan a evitar la respuesta y a mirar directamente a los ojos de papá o mamá, entonces es muy posible que se haya encontrado el origen del problema con la escuela.


Hay muchas razones por las que un niño pudiera decir que está demasiado enfermo como para ir a la escuela.


Los padres deben determinar cuál es esa razón mediante la conversación, buscando ser escuchados y atendiendo de verdad lo que sus hijos tienen que decir y tratando de adivinar lo que no están expresando. Una vez que se descubra la verdadera razón de este comportamiento, los padres estarán mejor equipados para determinar cuáles son las acciones que deben tomarse para subsanar el problema.



Tema: Mi hijo no quiere ir a la escuela!


ITALO CEVALLOS 

1 comentario:

  1. Padres! pongan atención en los detalles, ellos hablan cuando nosotros no podemos

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