Pero hay más, si un niño emplea el dibujo como una tarea cotidiana estará ayudando a desarrollar su imaginación, reforzando su autoestima, desarrollando su cerebro, fomentando el gusto y la afición por el arte también pero, sobre todo, se estará divirtiendo. Lo que hace de esta actividad algo tan ameno y placentero es el componente de espontaneidad, surge de manera natural y pone en marcha la imaginación.
Tan importante es dejar que un niño se exprese y que desarrolle determinadas capacidades y destrezas dibujando como el hecho de proporcionarle los elementos necesarios para llevar a la práctica esta tarea. A veces se pasa por alto este detalle, pero es fundamental abrirle un abanico de posibilidades en lo que a materiales se refiere: ceras, lápices, rotuladores, acuarelas, hojas, cuadernos, láminas, cartulinas, … así como brindarle un espacio de trabajo en el que se sienta cómodo/a y donde pueda tener todos sus utensilios ordenados, de esta manera aprenderá -además- la importancia de la buena organización.
No pases por alto este detalle tan importante en la educación de tus hijos, déjales que se expresen, que crezcan y se desarrollen correctamente… dibujando
Nuria
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