El sonambulismo es
considerado un trastorno del sueño donde la persona, aún dormida pero con
los ojos usualmente abiertos, parece estar despierta y realiza algunas
actividades como si así fuese.
Los episodios ocurren en las primeras tres o cuatro horas del sueño. Es frecuente en edad escolar y desaparece con la pubertad. No es indicador de problemas psicológicos ni emocionales.
Existen dos tipos de sonambulismo: incompleto y completo. El primero se refiere a los casos en que el niño se incorpora en la cama, donde se frota los ojos y/o juega con las sábanas y vuelve a acostarse para continuar con su sueño. Generalmente, si habla, lo hace de forma poco coordinada y difícilmente responda si intentamos conversar o preguntarle algo. En el segundo, el niño sale de la cama, camina por la habitación o por la casa, orinar en cualquier lado, abrir el refrigerador y tomar comida, todo dormido mas con los ojos abiertos.
Los niños, una vez que despiertan, no recuerdan después el episodio sucedido.
Lo importante, para los padres, es conservar la calma y transmitirles esa misma sensación a los niños. Hay que evitar despertarlos, gritarles o sacudirlos, no porque, como es creencia popular, esto pueda tener una consecuencia peligrosa para su salud, más sí porque solo creará confusión, aturdimiento, vergüenza y angustia.
Si conocemos sobre esta situación o si justo nos despertamos en ese momento, es recomendable quitar del camino o guardar objetos peligrosos o muebles con los que el niño pueda lastimarse o tropezarse. También es aconsejable mantener cerradas las puertas y las ventanas o bloquear las escaleras.
La mejor forma para que el pequeño vuelva a su cama es conducirlo hacia la misma de forma tranquila, hablándole suavemente con frases como: "Regresemos a la cama", "Ven conmigo para que puedas seguir descansando", "Vamos,
No existe ningún tratamiento rígido y establecido (ni que incluya fármacos) para el sonambulismo infantil, pero sí ayuda que el niño cumpla con ciertos horarios y pautas de sueño. Por ejemplo, que duerma determinada cantidad de horas, que las mismas no sean en horarios dispersos, que en lo posible no ingiera medicamentos ni bebidas que puedan mantenerlo en vigilia o que lo exciten demasiado.
Los episodios ocurren en las primeras tres o cuatro horas del sueño. Es frecuente en edad escolar y desaparece con la pubertad. No es indicador de problemas psicológicos ni emocionales.
Existen dos tipos de sonambulismo: incompleto y completo. El primero se refiere a los casos en que el niño se incorpora en la cama, donde se frota los ojos y/o juega con las sábanas y vuelve a acostarse para continuar con su sueño. Generalmente, si habla, lo hace de forma poco coordinada y difícilmente responda si intentamos conversar o preguntarle algo. En el segundo, el niño sale de la cama, camina por la habitación o por la casa, orinar en cualquier lado, abrir el refrigerador y tomar comida, todo dormido mas con los ojos abiertos.
Los niños, una vez que despiertan, no recuerdan después el episodio sucedido.
Lo importante, para los padres, es conservar la calma y transmitirles esa misma sensación a los niños. Hay que evitar despertarlos, gritarles o sacudirlos, no porque, como es creencia popular, esto pueda tener una consecuencia peligrosa para su salud, más sí porque solo creará confusión, aturdimiento, vergüenza y angustia.
Si conocemos sobre esta situación o si justo nos despertamos en ese momento, es recomendable quitar del camino o guardar objetos peligrosos o muebles con los que el niño pueda lastimarse o tropezarse. También es aconsejable mantener cerradas las puertas y las ventanas o bloquear las escaleras.
La mejor forma para que el pequeño vuelva a su cama es conducirlo hacia la misma de forma tranquila, hablándole suavemente con frases como: "Regresemos a la cama", "Ven conmigo para que puedas seguir descansando", "Vamos,
No existe ningún tratamiento rígido y establecido (ni que incluya fármacos) para el sonambulismo infantil, pero sí ayuda que el niño cumpla con ciertos horarios y pautas de sueño. Por ejemplo, que duerma determinada cantidad de horas, que las mismas no sean en horarios dispersos, que en lo posible no ingiera medicamentos ni bebidas que puedan mantenerlo en vigilia o que lo exciten demasiado.
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