Hablemos de ensañar a nadas a nuestros niños..... Hay
quien simplemente aprovecha que se encuentra en un medio acuático, ya sea mar o piscina, tiene
a sus niños cerca y dispone de ganas, vacaciones o tiempo y se embarca en la
aventura de enseñar a nadar a los niños, a veces con extraordinarios
resultados, otras con gravísimas consecuencias para los nervios del adulto y
para la integridad moral e incluso física del niño.
Para sumergirse en
la aventura de enseñar a nadar a los niños, lo mejor es contar con asesoramiento
profesional para que
el verano sea tan divertido como útil
para niños y padres.
Ingredientes
para acompañar a los niños en el agua
Estar
a lo que se está: una vez que te metes en la piscina ¡ya no hay medias tintas!,
debes comprometerte. Tienes que estar con los niños de modo que notes si están
bien o no, si les apetece lo que estás proponiendo o no, si es adecuado el
momento o no, etc.
Paciencia y comprensión: la actividad
acuática no resultará divertida si tiene
que hacerse como a ti "te dé la gana" y porque a ti "te de la
gana". El niño ve la vida de otro modo, y tú has de plantear tu propuesta
desde ese punto de vista, con una alternativa en tu manga. Y si esa falla, otra y otra y otra...,
hasta dar con una que vaya bien. La imposición
nunca es una buena herramienta para enseñar, pues el juego deja de serlo cuando es
obligatorio.
Disfrutar en el agua: una de las formas de aprender que
tiene el niño es la imitación. Usa tus recursos para disfrutar en el
agua y tendrás al niño ávido de jugar contigo. Haz con los niños lo que te
gusta hacer a ti, pero... ¡adaptándolo a su edad y grado de familiarización al
agua! ¡No vayas a poner a tu bebé a hacer saltos mortales!
Nervios de acero: la capacidad de actividad que
tienen los niños es extraordinariamente mayor a la de los adultos. Esta es la
razón principal de nuestra dificultad de convivir con ellos: sube, baja, vuelve
a subir, baja otra vez, corre para allá, corre para acá, vuelve a subir,
salta,....¡imposible! Ahora, pretender que estén quietos sólo nos va a servir
para que se sientan atados y necesiten moverse más. Canaliza este afán de
movimiento en actividades que puedas controlar y verás cómo va todo mucho
mejor.
Imaginación: imprescindible por numerosas
razones.
La primera es que no creemos que dispongas de instalaciones y materiales como
puede hacerlo una escuela. Primero porque te costaría un "pastón"
pero, incluso si pudieras y estuvieras dispuesta a gastarlo, porque sería absurdo.
Con imaginación puedes multiplicar el uso de uno o dos materiales concretos
según la necesidad, y aprovechar objetos de la vida cotidiana como si fueran el
material más selecto. La segunda es que tendrás que adaptar nuestras
propuestas, lo cual requiere cierto grado de creatividad y la tercera es que a partir de
cierta edad, hacia finales de los dos años, jugar a hacer "como si fuéramos"
es una buenísima forma de hacerte entender por los niños y viceversa, un
lenguaje que te será imprescindible dominar para poder comprender los. No
intentes que den "patada de crol", conviértelos en torpedos de
propulsión a chorro. No pretendas que hagan inmersiones,
asígnales peligrosas misiones de exploración del fondo submarino en busca de
los más extraordinarios tesoros.
Nerea del Barrio
Diplomada en
Magisterio por la Universidad Complutense de Madrid
Especialista en Actividad acuática de bebés e infantil
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