La palabra
malcriado tiene muchos significados y cada padre lo entiende a su manera. Aun
así, todos tenemos claro que complacer interminablemente a un niño no es
sinónimo de amar. Los padres deben cultivar en sus hijos la noción
de límite y mantener siempre el control de
cualquier situación que se produzca.
Seamos
honestos, la mayoría de nosotros ha tenido alguna vez un gesto indulgente con
su hijo. Esto es natural y no ocasiona daños serios, siempre y cuando resulte
un suceso esporádico. Pero sería importante que considerásemos si diariamente y
de manera inconsciente malcriamos a nuestros niños. Si es así, este es un
excelente momento para tomar otra dirección.
Amar no significa provocar alegría infinita
Amar es objetivo primordial de la crianza.
Sin embargo, como padre debes saber que uno puede querer a sus hijos sin sentir
que tienen que estar felices y satisfechos todo el tiempo. Es erróneo creer que
un niño es amado cuando vive una sensación de felicidad constante.
La verdadera actitud amorosa de un padre consiste en distinguir cuándo hay que
permitir que un niño experimente ira, tristeza, frustración para conseguir lo
que desea.
Esos son
sentimientos humanos que debe desarrollar para que alcance el sentido
del derecho y pueda luego insertarse
adecuadamente en la sociedad. Es una tarea que puede ser dolorosa a veces, pero
estarás ayudándolo a aprender lo que es la tolerancia ante
situaciones insolubles, y cultivando en él responsabilidad personal.
Establecer los límites
Una de las
cuestiones más difíciles en la educación de los niños es saber dónde
establecer los límites. A nadie le gusta ver a sus hijos
tristes y llorosos. Pero es necesario que logremos esta tarea, pues es
precisamente ese punto el que permite que más tarde se conviertan en buenas
personas, ajenas a egoísmos e intolerancias con los demás.
No pierdas
esto de vista: toda vez que no establezcas los límites con tu hijo, este, sin
importar su edad, está tomando el control de la situación. Ellos sienten que
han ganado una batalla. Aunque parezca una contradicción, en esos momentos los
niños están pidiendo precisamente un límite. Ese límite les hace sentir
seguros, protegidos por normas.
Hay que ver
los límites
como elementos positivos. Si se establecen desde temprano, se
crean bases familiares sólidas que ayudan al buen desenvolvimiento de la
familia.
Dar demasiado
Muchos
padres malcrían a sus hijos a través de las cosas materiales. Nuestra sociedad
ha ido creciendo en torno al consumismo y en ese camino creemos que nuestros
hijos cada día necesitan más objetos: móviles, videos, computadoras, revistas,
etc. No solo se sobreponen los valores materiales a los espirituales, los
realmente importantes, sino que además se acostumbra a los niños a que se lo
merecen todo. Por otra parte, no aprenden a valorar lo que significa el trabajo para el ser humano.
Por esa
razón, pon límites también en cuánto le otorgas a tus hijos. Una buena manera
es darles una asignación mensual, para que los hijos aprendan el valor
del dinero. Si se acaba antes del fin de mes, no hay
una segunda vuelta. Ello los enseñará a ser económicos.
Tampoco
debes darles indiscriminadamente cada vez que lo requieran. No cedas a la
tentación grupal de complacer a tu hijo en exceso. Tampoco olvides hablarles de
la pobreza que hay en el mundo y de cuán importante es ahorrar, así como ayudar
a los necesitados.
Malcriar a los hijos es
algo muy fácil, lo realmente difícil es educarlos correctamente con valores de respeto
y responsabilidad con las otras personas. Es tu turno
de hacer que crezcan mejores personas en el mundo, no lo desaproveches.
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