En muchas ocasiones el primer contacto de los niños con los libros se produce al comienzo de la edad escolar. Los libros de texto son actualmente muy atrayentes para los niños, pero muchas veces, éstos acaban asociando los libros al estudio o a la obligación. ¿Qué podemos hacer para que adquieran el hábito de la lectura por el placer de leer y no necesariamente conexa a la obligación de los deberes y los estudios?
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El interés por la lectura puede ser estimulado y sugerido desde que nuestros hijos son muy pequeños, antes incluso de que aprendan a leer. Para ello, debemos ofrecer libros al niño como una forma más de diversión, una alternativa más de juego. Seguro que habéis visto libros de todo tipo, orientados precisamente para el disfrute de los más pequeños de la casa: cuentos de tela, cuentos para meter en la bañera, libros de ilustraciones sencillas que enseñarán a nuestro hijo objetos cotidianos, cuentos con ventanas o desplegables, cuentos con sonidos, cuentos para que les leamos antes de dormir, libros de animales y bichos, pequeñas enciclopedias, etc.
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Permitirles ojear un libro o sentarles en nuestro regazo para leerles un libro es poner unas bases sólidas para motivarles a la lectura y, por tanto, a los beneficios que ésta le aportará: inteligencia, imaginación, creatividad, etc. Trabajar para que a nuestro hijo le guste la lectura merece la pena y para ello debemos iniciarles cuanto antes en el hábito de ojear y trastear con los libros.
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Apuntemos algunas recomendaciones: .
- El libro debe ser visto a edades tempranas como un juguete más que manipular y mirar, para ello es importante adecuar el tipo de libro a la edad de los niños.
- Potenciar la imitación. Si nos ven leer, aunque sea la prensa, ellos también querrán compartir junto a nosotros el espacio de lectura.
- Cuando vayan aprendiendo a hablar es ideal leerles en voz alta la historia, mientras ellos pueden ojear los dibujos o hacer preguntas.
- El libro debe narrar historias sencillas que puedan comprender sin dificultad y, por tanto, no pierdan la atención o el interés.
- Ir a la biblioteca con asiduidad.
- Este espacio es el ideal para enseñarles a mantener el silencio necesario y respeto por los libros.
- Regalar libros o premiar con ellos al niño es estimulante para ellos. Potenciar que sean ellos mismos los que elijan el libro que más les guste.
- Cuando ya sean capaces de entender sin problemas la historia o realizar ellos mismo una lectura comprensiva, debemos hacerles partícipes de la historia realizándoles preguntas o pidiendo su opinión sobre lo escuchado o leído.
- Enseñarles a hacer una lectura reflexiva: aprovechar para darles enseñanzas o mostrarles conductas adecuadas o inadecuadas que puedan desprenderse de la lectura.
- Mantener siempre vivo el interés, abastecer su habitación con una pequeña biblioteca, que vaya creciendo con ellos.
Patro Gabaldón
Me gusta!......... viva la lectura!
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