19.1.12

Dormir la siesta en los niños


La siesta en los niños es una práctica beneficiosa que les permite recuperar energías y sentirse en forma para afrontar el resto del día. La siesta es una costumbre adoptada en algunos países entre los que se encuentra España, básicamente consiste en descansar y entablar un sueño corto durante un periodo mínimo de 20 minutos y no superior a 2 horas, dependiendo de la edad de quien realiza la siesta.


La siesta en los niños resulta algo imprescindible en edades inferiores a cinco años, así lo afirma el doctor Eduardo Estivill, un reputado especialista en neurofisiología clínica y pediatría. Además de reponer energías, con la siesta los niños crecen y se desarrollan, ya que la hormona del sueño es más activa durante las horas de sueño. La siesta tiene una explicación biológica, el sueño que hace acto de presencia tras la comida es fruto del descenso y la concentración de la sangre hacia el sistema digestivo.


A partir de los tres años de edad, algunos niños no quieren dormir la siesta a pesar de que el sopor o el cansancio se hagan evidentes, piensan en jugar y dormir les restaría tiempo para ello. La siesta en los niños debe estar contemplada en su rutina diaria, pero no se debe obligar a dormir, ya que se podría provocar que los niños sufrieran una rabieta, en cambio, se puede inducir a que la duerman de muchas formas.


Hablamos sobre la siesta de los niños, no es el mismo caso el de los bebés, en los que resulta difícil distinguir si se trata de una siesta o del sueño infantil, ya que los bebés duermen las mismas horas por el día que por la noche. A medida que el bebé se desarrolla y las horas de sueño se concentran por la noche, la siesta empieza a ser necesaria, pero siempre en su justa medida.


Hay niños con los que no es necesario adoptar ningún método, prácticamente se quedan dormidos tras la última cucharada de comida, otros en cambio se hacen resistentes a la siesta. Para inducir a los niños a dormir la siesta se puede adoptar la costumbre de contar un cuento después de comer, mirar fotografías, escuchar música relajante o realizar cualquier actividad que favorezca la relajación y que permita que finalmente el niño se duerma sin mayor complicación.


Cada niño dormirá la siesta según las necesidades de su organismo, pero es preferible que no supere las dos horas de sueño para que pueda dormir bien por la noche y así no alterar el ciclo del sueño infantil. La siesta es una práctica beneficiosa en todas las edades, aunque en estado adulto es preferible que no se superen los 30 minutos, ya que exceder este límite podría causar insomnio por la noche.


Para los niños el descanso nocturno es fundamental, pero también lo es la siesta infantil.
VelSid

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