23.12.10

El niño se porta mal en casa y bien en la escuela


PREGUNTA.- Quisiera comentarle el problema de mi hijo y la dualidad de su comportamiento. Se porta extraordinariamente bien en el colegio (obedece a la primera, no arma jaleo en clase, etc.), pero en casa actúa de forma radicalmente opuesta: no obedece, arma pataletas si no se le conceden sus caprichos, insulta o pega a la chica que nos ayuda en casa ...

Hemos intentado, con éxito relativo, modificar su conducta en casa utilizando métodos para incentivar la conducta positiva, por ejemplo, pegatinas intercambiables por premios no necesariamente materiales y en caso de conducta negativa no le permitimos realizar actividades que le gustan.
Por otra parte, tiene un sentido exagerado del ridículo que le impide mostrarse en público tal y como es en casa. Nunca ha sufrido rabietas o ha dado muestras de enfado fuera del entorno familiar.

En el colegio, la profesora me dice que está plenamente integrado y cuando voy a buscarle le veo siempre hablando con sus compañeros. Sin embargo, él me dice que no tiene amigos y que nadie quiere jugar con él. Le expliqué esta situación a la profesora a mediados de curso y al final llegó a la conclusión de que cuando no le gustan los juegos que se le proponen prefiere jugar solo.


RESPUESTA.- No es inusual que el comportamiento de los niños pueda variar dependiendo del contexto en el que se encuentren y que las relaciones que mantenga con sus familiares no sean del todo superponibles a las que presenta con otros adultos o con sus iguales.

Es muy positivo que en el colegio su hijo manifieste un comportamiento adecuado y que la profesora de su hijo no objetive dificultades en la relación con sus compañeros de clase. No es infrecuente que los niños puedan buscar juegos solitarios si no les apetece jugar con otros compañeros en ese momento, y no necesariamente esta situación ha de entenderse como un problema específico.

El comportamiento retador, las rabietas ante la frustración de sus deseos, e incluso, la agresividad verbal y física que muestra en el domicilio, han de evaluarse teniendo en cuenta la edad cronológica y etapa evolutiva del desarrollo de su hijo. Aunque no dispongo de la edad de su hijo, es importante recordar que evolutivamente los niños van mostrando un comportamiento menos impulsivo y agresivo y se estima que medidas educativas y socializadoras externas tienen un efecto importante en el desarrollo de un mayor autocontrol.

No obstante, en ocasiones los niños pueden manifestar comportamientos problemáticos en un determinado lugar o situación específica: familia, colegio, parque, etc., sin que exista evidencia de alteración conductual en otros espacios o situaciones de la vida del niño. Si esta situación se manifiesta únicamente en el ámbito familiar, suele verse acompañada de una sensación de frustración en los progenitores.

En muchos casos, estas conductas problemáticas retadoras y desafiantes, suelen responder a ambientes familiares rígidos y exigentes, o por el contrario, más flexibles, y sumisos a las opiniones y deseos del niño y por tanto menos constantes y firmes en los límites marcados.

En este último caso, el niño aprende a mantener su 'mal comportamiento' ante la inconsistencia de pautas en casa, seguro de que al final, sus padres o cuidadores cederán a sus deseos. Es importante, por tanto, llegar a un consenso en casa sobre que límites (mejor si son pocos y claros) se consideran importantes y desarrollar una 'estrategia' común (de refuerzos, extinciones y castigos) a todos los miembros y cuidadores de la familia, que puedan poner en marcha de forma consiste y firme en el domicilio para mostrar al niño que su conducta debe adecuarse al ritmo de familia.

No necesariamente el que los niños muestren dificultades de comportamiento en el domicilio familiar implica que sea 'culpa' de los padres. De hecho, estas dificultades conductuales son uno de los motivos de consulta más frecuentes en las consultas de psiquiatría y psicología infantil, ya que en muchos casos requieren de un asesoramiento especializado para poder llevar a cabo medidas conductuales que favorezcan un mejor comportamiento del menor y un aumento de las relaciones positivas entre los miembros de la familia.

Juan José Carballo
Psiquiatra infantil y de la adolescencia de la Fundación Hospital Jiménez Díaz de Madrid.

1 comentario:

  1. Esperamos que este articulo se de mucha utilidad a todos esos padres que buscan afinar la relacion personal con sus hijos.

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