Muchas felicidades a todos aquellos padres de familia que en tiempo y forma están cumpliendo con los horarios de llegada a clases de sus hijos, nos referimos a las mamas y a los papas que un día antes llegaron a sus casas con un hilo da aliento después de un día agotador de trabajo y todo lo que ocurre en una oficina, que si las nuevas metas de venta, que el jefe presionando por la falta de liquidez de la empresa, el cliente que no compra o compra y no paga, poco sueldo, muchos pagos, etc. Ese sera otro tema del que después hablaremos.
En este momento les comento de esos mismos padres que con todo eso sobre sus espaldas se levantan temprano, corrijo. Se levantan Muy! temprano para alistar a los hijos, preparar el lonche, bañarlos, cambiarlos con el uniforme del día que corresponda y además muy bien peinados, todo esto antes de subir al coche, permítanme decirles que la odisea apenas inicia.
No solo es subir al auto y arrancar. No, no, no, tener el carro sin ninguna falla y listo es otro tema del que también después hablaremos, por que salir de casa es la mitad de la gran odisea de cada mañana. Tal parase que todos estamos en nuestras casa y como si fuera competencia saliéramos al mismo tiempo tratando de llenar las calles y avenidas para impedir que los demás llegan a sus destinos.
Durante el trayecto a las escuelas para dejar a nuestros hijos y después a nuestros amados trabajos nos podremos deleitar con una insuperable carga vehicular hermosa y variada. Tengo que matizarla de esta forma para poder superar la idea de lo pesado que nos resulta iniciar así casi todos los días.
Regresando a lo hermoso del trafico, ahí podemos encontrar desde caras conocidas con un saludo rápido y alegre pero instantáneo, salones de belleza móviles, niños decorando cristales con sus narices, centros de telemarketing, hasta vecinos sufriendo como el Caso Del Dr. Jekyll y Mr. Hyde que en un instante antes pasan de ser un refinado hombre de negocios o toda una dama a convertirse en la bestia horrible que conduce un auto y casi nos arrolla de la prisa, ademas no quiere que invadas su carril o siente que la calle es de su propiedad. Todo pasa mientras que en la parte trasera de su auto se encuentre lo más preciado y hermoso, nuestros niños.
Esos niños que solo tienen en mente que hoy es otro día mas de clases, que comerán un rico lonche, que tendrán clases con su maestra preferida y sus amigos de siempre.
A todos esos padres que después de esa odisea diaria, siempre ponen el cinturón de seguridad al subir al auto, conviven con sus hijos, cumplen con los horarios de clases y ven el momento de la tarea no como una actividad más sino como una oportunidad de entrar un momento en el mundo de sus hijos, platicar de las cosas que para ellos son importantes, estrechando de forma cálida su vinculo amoroso de padres e hijos.
A todos ellos un gran saludo y todo mi reconocimiento
Luis
Nadie se fija en todo el esfuerzo que hacemos los padres para cumplir con la escuela de nuestros hijos,
ResponderBorrarahunque la verdad es el amor hacia ellos lo que nos da fuerzas para seguir.
Gracias por el reconocimiento!
David
Habriguense bien que la economia no esta para enfermarse...
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