20.7.12

Tu niño se niega a dormirse.... Que hacer?



Por qué sucede: Son las 8:30 de la noche y acabas de acostar a tu niño. Le has dado un besito de buenas noches, lo has abrazado y le has dicho que sueñe con los angelitos. Ha sido un día largo. El fregadero de la cocina está lleno de platos sucios, hay que sacar al perro, dar de comer al gato, y ni siquiera has tenido un ratito para sentarte y descansar un poco. Sin embargo, en lugar de terminar las tareas del día y luego poder disfrutar de unos momentos de descanso con tu pareja, entras y sales sin parar de la habitación de tu hijo, tratando de convencerlo de que se duerma. Hasta que por fin cae en un sueño profundo... tres horas después. ¿Te suena familiar? No te puedes imaginar cuántos padres como tú pasan por la misma situación noche tras noche. 

A veces está claro que tu niño está muerto de sueño (se frota los ojos, bosteza sin parar y llora o se enfada ante la menor frustración). Otras veces, está completamente despierto, incluso lleno de energía (y aunque no lo parezca, éstas pueden ser también señales de su extremo cansancio). En este caso, tu pequeño está viviendo la versión infantil de "tengo demasiado que hacer y muy poco tiempo para hacerlo". Están ocurriendo muchas cosas al mismo tiempo a su alrededor — papá está en el salón abriendo las cartas, el perrito está mordisqueando su pelota, tú te mueves de un cuarto al otro — y él también quiere participar. Además, como los demás niños de su edad, tu hijo está empezando a comprender que él es su propia personita, separada de ti, y quiere hacer valer su independencia. Al negarse a ir a la cama por la noche tu hijo está simplemente tratando de establecer control sobre su mundo. 


Qué puedes hacer 
Enseña a tu niño a dormirse por sí solo. Si tu hijo sólo se duerme si estás a su lado, está desarrollando una mala costumbre. Lo mejor que puedes hacer es enseñarle a calmarse y dormirse por su cuenta. Para esto, crea una rutina nocturna (por ejemplo: un bañito, un par de cuentos, ¡y a la cama!) que podáis seguir todas las noches, así le ayudarás a anticipar qué es lo que va a pasar y qué tiene que hacer él cuando anochezca. Una vez que se acueste, le puedes decir que, si permanece en su cama, vendrás a verlo dentro de cinco minutos (y asegúrate de hacerlo). El objetivo es que tu niño se sienta seguro y sepa que estás cerca. 

No le permitas perder tiempo. Los niños pequeños son grandes negociantes y a la hora de dormir es más de lo mismo. Como tu hijito disfruta muchísimo el tiempo que pasa a tu lado, hará todo lo posible por prolongarlo. No te sorprendas si tu niño se toma todo el tiempo del mundo en prepararse para ir a la cama, te pide diez veces un vaso de agua o no para de llamarte a su habitación porque necesita algo más. Si sospechas que lo está haciendo deliberadamente, no se lo permitas. Dile que es hora de dormir y que puede terminar su dibujo mañana o seguir buscando su conejito de peluche cuando se despierte. 

Si quieres, prepara de antemano todo lo que tu niño suele pedirte (y que sea razonable) y añade estas cosas a su rutina nocturna. Llena un vaso de agua antes de que se acueste y dile que lo ponga en la mesita al lado de su cama, recuérdale una vez más que tiene que hacer pipí antes de acostarse y dale muchos besos y abrazos extras para que le duren toda la noche. Luego permítele una petición más, pero que quede claro que es sólo una. Tu hijo tendrá la sensación de que está obteniendo lo que él quiere, pero tú sabrás que estás haciendo las cosas como quieres. 

Ofrécele opciones aceptables a la hora de acostarse. Ésta es una etapa de su desarrollo en la que tu niño empieza a poner a prueba los límites de su recién adquirida independencia. Para que sienta que está ganando control sobre su mundo, permítele que elija algunas cosas a la hora de dormir, desde el cuento que quiere que le leas al pijama que prefiere ponerse. El truco está en ofrecerle sólo dos o tres alternativas y asegurarte de que todas te parezcan bien. Por ejemplo, no le preguntes "¿Quieres irte a la cama ahora?", porque puede que diga que no, y esta respuesta no sería aceptable para ti. Sin embargo, si le preguntas, "¿Te quieres acostar ahora o dentro de cinco minutos?", le das la posibilidad de elegir, pero tú ganas de una forma o de otra. 

Mantente calmada, pero firme. No cedas cuando tu niño te implore que hagas una excepción y le permitas esto o lo otro a la hora de dormir. Si estás cansada o frustrada, procura no entablar una batalla para ver quién gana. Habla con tranquilidad y sin alzar la voz, pero insiste en que cuando se termina el tiempo de jugar, se termina y punto. Si cedes ante sus súplicas de "sólo cinco minutitos más" aunque sea una sola vez, te repetirá esta escena un sinfín de veces en el futuro. Si tu niño empieza con una rabieta, haz caso omiso como lo haces normalmente con sus otras pataletas. Recuerda que si le pones atención, aunque sea para reñirlo, estarás reforzando ese comportamiento. 

Pásalo a una cama de "niño grande". Entre los 2 1/2 y los 4 años, tu niño probablemente estará demasiado grande para su cunita y habrá llegado el momento de pasarlo a una cama grande. Para tu hijito, esta transición es una señal de que está creciendo. Le puedes decir que está creciendo y que los niños grandes aprenden a dormirse solitos cuando tienen que descansar. Y no te olvides de elogiarlo cuando se quede en la cama toda la noche. Después de haber estado encerrado en su cuna, tu niño saldrá una y otra vez de su nueva cama, simplemente porque puede hacerlo. Si esto ocurre, controla tu reacción. Llévalo tranquilamente de vuelta a su cama, dile firmemente que es hora de dormir y sal de la habitación. 
BabyCenter

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