Como un elefante en un almacén de porcelanas muchos preescolares enérgicos arrojan juguetes o sus propios cuerpos contra el objetivo más próximo cuando se sienten frustrados, furiosos o están insoportables.
¿Porqué? Porqué esas pequeñas fuentes de energía no están en condiciones de razonar o hacer concesiones, y lanzar libros o juguetes no les parece muy distinto a lanzar pelotas. Controle la conducta agresiva de su hijo explicándole, en primer lugar, que pegar, morder, lanzar objetos y molestar son comportamientos inaceptables. Luego muéstrele y explíquele (incluso a su niño de un año) la clase de conducta que usted espera de él: Besos, abrazos, hablar, etcétera. Explíquele también porqué estas acciones son aceptables. Asegúrese de reforzar estricta y consistentemente las reglas, para poder guiar a su hijo en el camino hacia el comportamiento adecuado.
Nota: Si el comportamiento agresivo de su hijo es un rasgo constante en sus juegos diarios, y resulta perturbador para los amigos, la familia y para usted, busque ayuda profesional para establecer qué puede estar ocasionando esa conducta.
Resuelva el problema
Qué hacer
** Dígale a su hijo qué hacer en vez de golpear
Cuando comience la conducta agresiva, dígale a su hijo qué cosas puede hacer en vez de golpear cuando se siente molesto. Por ejemplo explíquele que puede pedir ayuda o decir: “No quiero jugar más”, o bien simplemente puede abandonar el grupo de jugadores. Pídale que practique estas frases cinco veces hasta que se familiarice con las palabras y cómo decirlas.
** Elogie el llevarse bien
Explique qué quiere expresar con llevarse bien al decirle a su hijo que usted aprecia su conducta cuando él comparte, espera el turno, pide ayuda, etc.
Por ejemplo, dígale: “Qué bien que compartas con tus amigos, mi amor”. Sea siempre específico respecto a los que está elogiando. Entre más elogie el comportamiento de su hijo, más repetirá esa conducta.
Prevenga el problema
** Supervise cuidadosamente los juegos de su hijo
Para evitar que su hijo aprenda la conducta agresiva de sus pares, vigile cómo interactúan él y sus amigos y cómo cuidan sus juguetes. No permita que la conducta agresiva cause heridas o daño. También debe tratar la mala conducta de los amigos de su hijo como trataría la de él.
** No asuma conductas agresivas
Trate sus cosas en la forma en que quiere que su hijo trate las suyas. Por ejemplo, golpear o arrojar cosas cuando está furioso le muestra a su hijo cómo ser agresivo cuando se siente enojado.
** Explique por qué morder y golpear son conductas inaceptables
Para ayudar a su hijo a entender lo desagradable que es la conducta agresiva para las dos partes, explíquele cómo se siente la víctima cuando la muerden o la golpean.
Acuda a las reprimendas
Reprender a su hijo le ayuda a entender lo que desaprueba de su conducta. Eso también muestra que usted respeta la capacidad de su hijo para entender sus razones. Las tres partes de una reprimenda efectiva por golpear, por ejemplo, incluyen decirle al niño que se detenga (“Deja de golpear!”), explicarle porqué lo desaprueba (“Golpear lastima a las personas!”), y sugerir una alternativa aceptable (“Cuando estés furioso, abandona al grupo”). Si su hijo continúa siendo agresivo, repita la reprimenda e incluya el tiempo fuera para reforzar su mensaje.
** Olvide el incidente cuando termine
Recordarle a su hijo las agresiones previas no le enseña una conducta aceptable. Al contrario, le recuerda cómo puede ser agresivo nuevamente.
Lo que NO debe hacer
** Utilizar la agresión para detener la agresión
Golpear a su hijo sólo lo autoriza para que él golpee a otros en circunstancias parecidas.
** Explotar cuando su hijo lo hace
Enfurecerse cuando su hijo golpea, por ejemplo, sólo le prueba al niño que puede acudir a la agresión para tener poder sobre usted.
Author: C.E.T. Mundo Yo Soy
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