9.11.11

La falta de sueño en niños y sus consecuencias



El 25% de los niños que duermen menos de 10 horas a los dos años padecen sobrepeso a los seis.


Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Montreal, en Canadá, con más de 1.000 niños ha confirmado la importancia del sueño para los más pequeños. Hace tiempo que se relaciona una carencia de descanso durante la noche en niños con efectos negativos en la memoria o en la capacidad intelectual. Además de estos efectos, la falta de sueño provoca también un desequilibrio hormonal que desemboca en sobrepeso, advierte el estudio. El análisis de datos reveló asimismo que un 22% de los niños que dormían menos de 10 horas al día pueden llegar a ser hiperactivos. Por Yaiza Martínez.


Hace tiempo que se sabe que la falta de sueño en los niños puede originar pérdidas en su capacidad intelectual, disminución de la memoria, e incluso reducción en el coeficiente de inteligencia. Además, en los niños con carencias de sueño aumentan las posibilidades de problemas cardiovasculares tempranos, y de trastornos en el comportamiento.


Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Montreal, en Canadá, ha descubierto además que la falta de sueño en niños favorece el sobrepeso y la hiperactividad. Según los investigadores, un cuarto de los niños que duermen menos de 10 horas a los dos años y medio padecen sobrepeso a los seis años.




En un comunicado de dicha universidad, se explica que entre los seis meses y los seis años de edad, el 90% de los niños experimentan al menos un problema asociado al sueño.


Los más frecuentes entre ellos, según la Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría, serían el insomnio por hábitos incorrectos (que requiere de una reeducación del niño), el sonambulismo (cuya edad más frecuente de aparición es entre los 4 y los 8 años), el bruxismo o rechinar de los dientes durante el sueño, los terrores nocturnos (que provocan agitación y angustia en el niño), y las pesadillas.


Sobrepeso, y también obesidad: Para la mayor parte de los niños, estos incidentes no resultan más que pasajeros, pero al menos un 30% de los individuos en ese tramo de edades terminan desarrollando dificultades para dormir regularmente al menos seis horas seguidas.


Según los científicos, los niños que duermen menos de 10 horas presentan cuatro veces más riesgos de sufrir exceso de peso que aquéllos que duermen 11 horas por noche.


Tal y como explica el doctor Jacques Montplaisir, profesor del departamento de psiquiatría de la Universidad de Montreal y director del Centro de Estudios del Sueño de Montreal, cerca del 30% de los niños que duermen 10 horas cada noche entre los dos años y medio y los seis años padecen sobrepeso.


Los resultados fueron definidos a partir del análisis de datos de 1.138 niños, reunidos con motivo del Estudio longitudinal del desarrollo de los niños de Québec (ELDEQ), celebrado los pasados 10 y 11 de noviembre. Otros porcentajes arrojados por dicho análisis señalan que, de ese 30% de niños, el 7,4% son obesos.


Explicación hormonal: Según los expertos, la relación entre sueño y peso encontrada podría ser explicada por cambios en las secreciones hormonales ocasionados por la falta de sueño.


Montplaisir explica que, cuando dormimos menos, producimos más grelina, que es una hormona que provoca la sensación de hambre. Esta hormona es generada por las células epiteliales endocrinas de una parte de nuestro estómago conocida como fundus gástrico.


Con la falta de sueño se produce asimismo una producción menor de leptina, que es una hormona generada en su mayor parte por los adipocitos (células grasas del organismo). La leptina suministra información acerca del metabolismo celular, y su función es disminuir la ingesta de alimentos.


Desgraciadamente, estos efectos de la ausencia de sueño en las hormonas no se podrían solucionar con la siesta, porque los niños que duermen poco por la noche tienen también la tendencia a dormir siestas más cortas que los demás.


Hiperactividad: Según esta misma investigación, la insuficiencia de sueño entraña además otro riesgo para la salud infantil: la hiperactividad.


Este trastorno de la conducta en niños fue descrito por primera vez a principios del siglo XX, y hace referencia al exceso de actividad motora, sin que ésta tenga un propósito, así como a la incapacidad para la concentración, entre otros síntomas. La hiperactividad es una enfermedad que se calcula afecta hoy día a entre un 5 y un 10% de la población infanto-juvenil, siendo unas 3 veces más frecuente en varones.


El análisis de datos realizado por los investigadores canadienses reveló que un 22% de los niños que dormían menos de 10 horas a la edad de dos años y medio eran hiperactivos a los seis años. Este porcentaje sería el doble de alto que la tasa observada entre los niños que dormían 10 u 11 horas por noche a esa misma edad.


Montplaisir señala que, en el caso de los adultos, la falta de sueño se traduce en somnolencia o mal humor pero, en el caso de los niños, esta carencia produce mucha excitación y nerviosismo.


Falta de sueño generalizada: Los niños del estudio fueron además sometidos a una prueba de rendimiento cognitivo que consistió en reproducir una figura con la ayuda de bloques de dos colores.


En el caso de los niños con carencia de sueño, la tasa de fallos en esta prueba alcanzó el 41%, mientras que fue de entre el 17 y el 21% en el caso de los niños que dormían entre 10 y 11 horas cada noche.


En España, según el especialista en sueño infantil Eduard Estivill, autor del libro “Método Estivill: Guía Rápida para enseñar a dormir a los niños”, un 30% de los niños tiene problemas de sueño que podrían resolverse tan sólo modificando los hábitos de sueño.


Estivill señala que los niños de entre 4 y 5 años deben dormir unas 11 horas, los de 8 años deben dormir al menos 10 horas, y los de 13 ó 14 años unas nueve.


Yaiza Martínez

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