Por razones laborales y sociales, la tendencia a comer solos se
ha extendido también a niños y adolescentes. Alrededor de la mitad de los
niños de 9 años siempre cena con su familia, mientras que ese porcentaje se
reduce a un tercio en los adolescentes de 14 años. ¿De qué modo les afecta
a ellos la soledad mientras comen? Los niños que no cenan en familia de manera
habitual comen más “chucherías”, más comida rápida y se alimentan de forma
más desequilibrada.
Los niños que no cenan en familia de manera habitual comen más
“chucherías”, más comida rápida y de forma más desequilibrada
Además, a diferencia de los adultos, el hecho de que los niños o
adolescentes coman solos tiene consecuencias mucho más serias que los déficits
nutricionales o la falta de variedad en la dieta.
En un estudio que realizó la
Universidad de Columbia en 2003, se descubrió que los jóvenes que hacen
cena en familia cinco veces por semana fuman menos, consumen menos alcohol y
menos marihuana, frente a los jóvenes que cenan en familia solo dos veces
por semana. También los jóvenes del primer grupo tenían menos problemas de
ansiedad, de tedio y de depresiones -e incluso una menor tasa de suicidio-,
menos desórdenes alimentarios y sacaban mejores notas.
Desde la perspectiva dietética, el menú del niño o
adolescente que come solo es poco variado, poco equilibrado y poco saludable,
ya que se basa en alimentos fáciles de consumir, precocinados -fritos u
horneados- o alimentos fríos (sándwiches, fiambres, quesos) y bebidas distintas
al agua.
En paralelo, se descartan las sopas, las verduras, las frutas y
los pescados en la inmensa mayoría de los casos. De esta manera, hay un exceso
de azúcares y grasas trans, y una deficiencia en vitaminas, minerales y fibra.
Asimismo, se produce una carencia educativa, ya que el niño o el adolescente
tiende a comer lo que le gusta y no lo que debería: esto le dificulta abrir el
paladar al sabor natural de los alimentos y fomenta que se centre solo en los
sabores propios de los precocinados, con exceso de potenciadores del sabor.
Consejos prácticos para alimentarse mejor pese a comer
solos.
Según el Consejo Europeo para la Información Alimentaria
(EUFIC), la falta de habilidades o motivación para cocinar que caracteriza a
quienes viven solos limita (y mucho) sus opciones de alimentarse bien. Por eso
aconseja:
Enseñar a nuestros hijos a disfrutar de buenos alimentos:
1.- Tener gusto
por la buena alimentación, eso aumenta la confianza para que sepamos como preparar
una buena comida aunque sea fácil de preparar, por ejemplo una torta de carnes
frías con pan integral y lechuga, tomate etc.
2.- Participar con la familia en la cocina para
preparar alimentos o tomar clases de alimentos para niños para que
esta se convierta en una actividad con la que se disfruta.
3.- Intercambiar recetas con compañeros de la escuela o
amigos, también funciona invitar a los amigos a casa para poner a prueba las
habilidades adquiridas o hacer solos las recetas aprendidas.
Sin embargo, “Comer solo no es nuestra primera opción
pero, si es el caso, hay muchas formas para hacer la experiencia del comer a
solas más agradable.
Por ejemplo, escuchar música o escuchar un libro
grabado, ver televisión, llamar a un vecino, un familiar o amigo, tener una
iluminación agradable, o comer fuera, al aire libre”. En definitiva, en ambos
casos se subraya que disfrutar de la comida es un aspecto fundamental para
mejorarla.
dieta-saludable
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