31.8.12

El huevo como alimento para niños, beneficios y mentiras


El huevo es rico en nutrientes esenciales, apenas aporta calorías y resulta estupendo para el crecimiento de los niños. Eso sí, tendrás que introducirlo poco a poco en la dieta de tu hijo, desde los 10 meses, porque puede darle alergia.
El huevo de gallina es uno de los alimentos más necesarios y completos para el ser humano. También para los niños, que no deben prescindir de él salvo que manifiesten intolerancia o alergia.
Y es que el huevo, con las mismas calorías que una pieza de fruta, contiene tantos nutrientes como un vaso de leche, algunos esenciales para el crecimiento, y resulta muy fácil de masticar para los pequeños.


BENEFICIOS CIERTOS, PERJUICIOS FALSOS
La mala fama del huevo como causante del colesterol “malo” es infundada y carece de rigor científico, según los expertos. Primero, porque en la colesterolemia y el riesgo vascular influyen diversos factores, no sólo el consumo de un determinado alimento dentro de una dieta equilibrada.
Y segundo, porque investigaciones recientes han demostrado que uno de los componentes de la yema del huevo reduce de manera significativa la absorción intestinal del colesterol “malo”, al tiempo que la yema proporciona grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas.

Por otro lado, no podemos olvidar que el huevo también contiene grasas monoinsaturadas, que son las beneficiosas para el organismo. Curiosamente, es el único alimento que contiene vitamina D de forma natural. Y posee colina, un nutriente que influye en el desarrollo del cerebro y la vista; por eso es tan recomendable consumir huevos durante el embarazo y la lactancia.
Y otra ventaja: únicamente aporta 76 calorías, igual que una pieza de fruta, por lo que alimenta mucho y ayuda a prevenir la obesidad.


CÓMO INTRODUCIRLO EN LA DIETA DE TU HIJO
Puedes incorporarlo a la dieta de tu pequeño a partir de los 10 meses, añadiendo cada semana un cuarto de yema cocida al puré de verduras. Como es uno de los alimentos más alergénicos, hay que introducirlo con cuidado.
Si crees que puede ser alérgico, dale sólo un cuarto de yema por semana, hasta completar el total de la yema pasado un mes, y nunca en la cena, para poder observar las reacciones que presenta. Si ves que le sienta mal y el médico lo estima conveniente, elimínalo de su dieta.

Si todo va bien, podrá tomar la clara desde los 12 meses. Para que coma el huevo frito debes esperar hasta que tenga 3 años. Mientras tanto puedes preparárselo en tortilla, revuelto, cocido, escalfado, pasado por agua o como ingrediente de postres caseros.
Salvo contraindicación del pediatra, hasta los 2 años tu hijo puede tomar dos huevos a la semana. Y a partir de los 3 años puede llegar a las cuatro unidades semanales. Recuerda, eso sí, que también cuentan como tales los huevos que no se ven.
Los huevos de codorniz también son muy aconsejables para tu hijo porque poseen proteínas de alto valor biológico y contienen gran cantidad de ácidos grasos Omega 3. Están recomendados en casos de anemia y tienen propiedades antialergénicas.


TRUCOS Y CURIOSIDADES DE ESTE ALIMENTO
Da exactamente igual que los huevos sean blancos o morenos. El color sólo depende de la raza de la gallina y ambos tienen las mismas propiedades, el mismo alimento y el mismo sabor.
Para comprobar si un huevo está fresco, sumérgelo en un cuenco con agua fría y 120 gramos de sal. Si se hunde está en perfectas condiciones de consumo. Si flota, no.
Un huevo duro estará en su punto a los 12 minutos de cocción. Podrás pelarlo con más facilidad y sin quemarte si lo pones bajo el chorro de agua fría. Y un último consejo de cocinera experta: acuérdate de añadir una pizca de harina fina de maíz o de levadura o un chorrito de leche a los huevos, una vez que los hayas batido. Así, la tortilla o el revuelto que vayas a preparar con ellos te saldrá mucho más esponjoso.

Patricia Morcillo

FiLi Feliz en Twitter

20 reglas de etiqueta para los niños


Muchas veces los niños cometen faltas de educación sin que realmente estén conscientes de ello. A veces, los hijos no saben que es de mala educación picarse la nariz, o hacer un comentario en voz alta acerca de alguien que se encuentra en la misma habitación. Esto sucede porque no todos los papás tienen tiempo de enseñar y reforzar las reglas de etiqueta que desde pequeños debemos saber.

Para ayudarte a saber por donde empezar, a continuación te comparto algunas de las reglas más importantes que todos los niños deberían conocer:
  1. Al pedir algo, se dice “por favor”. Parece ser la regla más obvia en la existencia, pero una enorme cantidad de personas, incluyendo un sinnúmero de adultos, no sabe que es extremadamente importante mostrar amabilidad al pedir las cosas “por favor” a los demás.
  2. Al recibir algo, se dice “gracias”. Mismo caso que la regla anterior, el decir gracias muestra atención al detalle y educación básica.
  3. Si necesitan llamar la atención de un adulto, puedes decir “perdón por interrumpir, pero…” Decir “oye” o simplemente gritar lo que se necesita puede resultar molesto.
  4. Más vale pedir permiso que pedir perdón. En caso de que un niño no sepa si puede o no hacer algo, es mejor pedir permiso. Así, puede evitarse regaños y corajes después.
  5. No se vale quejarse a todo volumen con la gente. Si algo no les parece a los niños, lo pueden comentar a sus papás y a sus amigos, pero deben evitar decirlo a todas las personas o en cualquier situación.
  6. No criticar. Es de mala educación criticar o burlarse del físico de los demás; es mejor, si no hay nada bueno que decir, quedarse callado.
  7. “Bien gracias, ¿y tú? Cuando alguien pregunta cómo estás, una vez que se contesta la pregunta es importante hacerla de regreso.
  8. Ser amable con los anfitriones. Después de pasar la tarde en casa de un amigo, es importante que los niños sepan agradecerle a los papás de la casa por invitarlo.
  9. Tocar las puertas cerradas. Antes de entrar a un cuarto con la puerta cerrada, es buena idea tocar primero y esperar respuesta.
  10. Al hablar por teléfono, saludar amablemente. Una vez que te contestan en casa de otra persona, es importante saludar, decir quien habla, y después preguntar por la persona que buscas.
  11. Da gracias por los regalos. A nadie le gusta que le den calcetines en su cumpleaños, pero aun cuando no es un regalo que te emociona muchísimo, ¡es importante decirle “gracias” a la persona que se acordó de dártelo!
  12. No usar groserías en frente de los adultos. Los papás y la gente adulta ya conocen esas palabras, pero son desagradables y peor viniendo de la boca de un niño. Es mejor no decir groserías frente a los niños para evitar que las repitan.
  13. No poner apodos. A veces, los apodos pueden herir a otras personas. No lo hagas.
  14. No molestar a los demás. Burlarse de otras personas solo deja ver que tú tienes miedo e inseguridad; y además es cruel. Sé amigable y te van a querer mucho más tus amigos.
  15. Guardar silencio mientras alguien da un discurso o estás en una asamblea. Estar al frente de otras personas no es fácil, y puede dar pena fácilmente. Cuando alguien más se encuentra adelante presentando algo, hay que guardar silencio y esperar a que terminen.
  16. Si le pegas a alguien sin querer, pedir una disculpa.
  17. Cubrir tu boca cuando estornudasTambién cuando toses, y cuando bostezas. Por otro lado, no te piques la nariz en público. ¡Nadie quiere ver eso!
  18. Ser agradecido. Cuando alguien te ayuda con algo, se debe decir “gracias”. La persona estará dispuesta a ayudarte de nuevo en el futuro.
  19. Respetar lo que no es tuyo. Cuando estás en casa de alguien más, sea familia o amigos, no tomes las cosas que no son tuyas hasta que no pidas permiso.
  20. Aprender a hacer conversación. Cuando una persona te pregunta qué haces estos días, o a que te dedicas, es importante que sepas contestarles bien y con detalle, seguro les interesará.

La educación es muy importante para que la gente se sienta con el placer de invitar a alguien de regreso a su casa, o pasar más tiempo con ellos. Piensa acerca de la importancia de estas reglas y si quieres que tus hijos las sigan para que sean siempre bien vistos.
Ana vazquez

30.8.12

Cómo puedes controlar las groserías en los niños?



Los padres nunca se van a escapar de la etapa de groserías y patanerías de los niños, tan normal en sus ciclos de formación. Sin embargo, usted tiene la obligación de ejercer un control, con el fin de evitar consecuencias mayores.
El desafío y la oposición son las primeras conductas de desarrollo social que presentan los niños desde los 10 meses de edad: quieren llevarle la contraria al adulto, hacen pataletas y desean ser el centro de atención en todos los lugares.

Según el siquiatra infantil Álvaro Franco Zuluaga, estos comportamientos los manifiestan haciendo pucheros, mala cara y con agresividad y, en extremo, patean y levantan la mano. “Esta etapa es normal, porque están demostrando que ya se dieron cuenta de que son distintos a los padres. Lo más importante en este caso es realizar un control de autoridad explicándole a los menores la razón”, señala Franco.

Estas conductas podrían afectar el desempeño funcional de la familia si no se toman las medidas necesarias. Para evitar los inconvenientes, los padres deben comprender que todas las personas pasamos por una etapa de crecimiento y desarrollo, en las cuales se resaltan varios factores que, aunque parezcan anormales, no lo son, pero que deben ser controlados por los adultos.
Es el caso de la etapa de “los terribles 2 años”, la cual se caracteriza por las conductas de patanería y groserías. El siquiatra infantil Christian Muñoz explica que a esta edad los niños están malacostumbrados a que el mundo gire en torno a ellos y, cuando los padres entran a ejercer control, los menores no quieren soltar los privilegios que tenían, por lo que acuden a ese tipo de comportamientos.

“Esta etapa puede presentarse desde el primer año de vida y dura, generalmente, hasta los 3. Después de esta edad se espera que esas conductas desaparezcan”.

Pero para que suceda es necesario que el infante esté apoyado y acompañado en el proceso de formación. Por ende, son importantes los parámetros de control y los límites que los padres adopten.

Sin celebraciones
Las groserías las incorpora un niño tan pronto se adquiere el lenguaje, sobre todo cuando ingresan al jardín. A los 3 años el niño las utiliza por imitación, es decir, las dice pero no sabe qué significan. Esta etapa, tan normal para ellos, se denomina anal, porque son dados a pronunciar palabras como popó, chichí o caca. La actuación de los padres debe ser tan discreta como suelen hacer sus hijos al pronunciar esas palabras: no se deben sorprender ni hacer escándalo, porque hace parte de su desarrollo.

A partir de los 4 y hasta los 6 años los niños pasan por otra etapa, que es conocida como descalificación. Dicen palabras como bobo y tonto, y los padres deben explicarles que no se deben decir, porque lastiman a la otra persona. El motivo por el cual no es conveniente reírse ni molestarse, es porque el niño se dará cuenta de que puede manipular al adulto con esas actitudes.

Pero antes de corregir, lo primordial es averiguar en qué lugar aprendieron el vocabulario. Cuando las dicen, inicialmente deben ignorar al menor, pero tienen que hablar en el jardín o en otro lugar que el niño visite, porque las groserías se aprenden, por lo general, en un fenómeno grupal.

“Los niños las aprenden porque las escuchan y las asocian con agresividad. Por ejemplo, cuando ven que el papá insulta a la mamá o viceversa, lo que hace el pequeño es que si se le presenta un problema en el colegio trate de resolverlo con la misma agresividad que vio en casa”, afirma el especialista Álvaro Franco.
Estas conductas se consideran anormales cuando son permanentes o cuando el menor las hace o las dice en un ámbito diferente a los normales. Por ejemplo: lo llevan a misa y grita, para que la gente se dé cuenta dé que él existe.

Cuando aprenden fuera de casa
Si las palabras groseras nunca se las ha escuchado a sus padres y las aprenden en el jardín o en la casa de un familiar, los progenitores no deben prohibirle que visite esos lugares. La solución es hablar con el pequeño y preguntarle donde aprendió esa palabra, para intervenir y mejorar el conflicto.
El problema no es que el niño diga groserías, pues vive una etapa en la que aprender malas palabras es usual. Sin embargo, el hecho de que lo haga puede indicar que el menor tiene la necesidad de llamar la atención, un niño que está triste o deprimido y que busque de alguna forma generar importancia, agresividad, que está siendo objeto de maltrato en el jardín o en otro lugar.
“Acá lo importante no es censurar, sino comprender cuál es la razón que origina este tipo de comportamiento y hacer un control inmediato para evitar posibles consecuencias”, indica el especialista Muñoz. Las groserías pueden ir acompañadas de conductas agresivas como pegar, empujar o escupir. Antes de que el niño llegue a estos extremos, los padres deben poner límites con autoridad y si se les sale de las manos, acudir a un especialista de confianza.

Los padres: ejemplo y modelo
Lo primero que deben saber los padres es que esas actitudes deben esperarlas y soportarlas. Segundo, contextualizarlas con la edad y el desarrollo sicológico del menor. “Saber que las conductas se van a presentar, ayuda a que los padres no se sobreactúen y no terminen cediendo en estos comportamientos de sus hijos”, señala el siquiatra infantil Christian Muñoz.
Para lograrlo se requiere de un trabajo en equipo entre los padres y que las conductas y los límites sean idénticos. Al no ser similares, los niños se percatan de esto y entran a manipular.

Es importante que en la crianza de los hijos solo intervengan los padres, porque cuando lo hacen los abuelos, el niño comienza a desobedecer las órdenes.

Cuando los niños estén a cargo de otra persona, mientras sus padres trabajan, deben dejar muy claro al tercero las rutinas y los límites que tienen con sus hijos, para que el niño siempre tenga un control idéntico en sus actuaciones cotidianas sin importar su acompañante.

Abc del bebe

Cuál es la mejor hora para que los niños vayan dormir?


El sueño es fundamental para el buen desarrollo de los niños. Un mal descaso repercute en su estado de ánimo volviéndoles más irritables y también en su salud, pues muchos estudios relacionan el déficit de sueño con una mayor predisposición a enfermedades y sufrir trastornos como por ejemplo la hiperactividad. La pregunta que nos hacemos todos los padres es a qué hora deben irse los niños a la cama para estar descansados al día siguiente.
Al igual que los adultos, no todos los niños necesitan dormir la misma cantidad de horas. Además de la diferenciación por edades, porque no duerme el mismo tiempo un bebé recién nacido que un niño de 5 años, cada pequeño tiene sus propias necesidades fisiológicas de sueño. Algunos se despiertan como una rosa después de dormir 8 horas mientras que otros necesitan 10 horas de sueño como mínimo.
De acuerdo a las diferentes edades de los niños se ha elaborado una guía estimativa de horas de sueño recomendadas. Así como se aconseja que los adultos duerman 8 horas diarias, cada rango de edad tiene su propia guía de horas.
De 0 a 6 meses: entre 16 y 20 horas a lo largo del día.
De 6 a 12 meses: 3 horas durante el día y 12 horas durante la noche.
De 1 a 3 años: entre 11 y 13 horas en la noche, la siesta es opcional.
De 3 a 5 años: entre 10 y 12 horas
De 6 a 9 años: alrededor de 10 horas
Como conclusión, vemos que no se recomienda que ningún niño menor de 9 años duerma menos de 10 horas. A partir de allí podemos calcular la mejor hora para que se vayan a la cama en función de a qué hora debe levantarse el niño al día siguiente.
La mayoría de los niños se tienen que despertar entre las 7 y las 8 de la mañana según la cercanía a la escuela y el tiempo que tardan en preparase. En función de ello podemos restar las horas de vestirse, desayunar y trasladarse y calcular a qué hora debemos acostarlo.
Suponiendo, por ejemplo, el caso de los niños de entre 1 y 5 años que entran a la guardería o al colegio a las 9 de la mañana, si calculamos una hora de preparación y traslado, es decir que se despiertan a las 8 y debe dormir un promedio de 12 horas (los más pequeños reforzarán con una siesta), lo aconsejable es que se vayan a la cama entre las 20 hs y las 20,30 hs.
Hay niños que regulan ellos mismos sus tiempos de sueño. Es decir, duermen lo que necesitan y se duermen a la hora que “se caen de sueño” sin obligación de por medio. Pero no es lo mismo un niño que al día siguiente se queda en casa y si se ha dormido tarde no pasa nada, a lo sumo duerme una siesta más larga para recuperar, que uno que tiene que levantarse para ir a la guardería y tendrá un mal día si ha dormido poco.
Algunos no se levantan descansados si no les hemos acostado la noche anterior a determinada hora. Como dije al comienzo, cada niño es un mundo y es posible que con el tiempo si les acostamos todos los días a la misma hora vayan acostumbrándose a regular sus horas de sueño de acuerdo a sus propias necesidades.
Lo más sensato es observar al niño para estimar las horas de sueño que necesita dormir cada noche. Si vemos que le cuesta levantarse por las mañanas deberemos adelantar la hora de irse a la cama, en cambio si vemos que se despierta antes de tiempo descansado no habrá problema en que de alguna vueltita más por la noche.
Otro punto a matizar es que no es lo mismo acostarse que dormirse. Hay niños que se duermen enseguida mientras que otros dan vueltas un buen rato hasta cerrar los ojos. Tampoco es la misma situación todos los días, habrá días que estén más cansados, más estimulados o más excitados.
Por cierto, que la tele antes de irse a la cama no ayuda en nada a facilitar que el niño se relaje para irse a dormir. Lo más aconsejable es evitar que vean la televisión en las últimas horas del día y sustituirla por un cuento en la cama.
Lola Rovati 

Como enseñar a dormir a los niños?


El sueño es una parte esencial de la salud de los hijos. La cantidad de sueño necesaria cambia a medida que el niño  crece.
Las alteraciones o los problemas del sueño son muy frecuentes durante la infancia y la niñez, incluidas las dificultades para que los hijos se vayan a dormir, las pesadillas y los temores nocturnos.

Un niño que no descansa lo suficiente, rinde en una proporción considerablemente menor a sus posibilidades, tiene irritabilidad y problemas de conducta.
No hay que olvidar que dormir bien sirve para crecer, asentar la memoria (el sueño permite descansar al cerebro y registrar las informaciones recibidas durante la jornada) y que  protege al cuerpo de posibles infecciones.

Generalmente, la hora más apropiada en estas edades (1-6 años) es acostarse en torno a las 20:30/21:00 horas..

 ¿Cuáles  son unos hábitos de sueño saludables?
La cantidad normal de sueño varía según la edad del niño:
* De 1 a 2 años, el niño duerme unas 10 – 12 horas por la noche y unas 3 horas por el día.
* De 3 a 6 años, el niño duerme unas 10 horas de noche y suele suprimir el sueño diurno o la siesta.

Unos consejos para adquirir buenos hábitos de sueño:* Los niños deben tener un horario establecido para las siestas y para ir a dormir por las noches.
* Se recomienda empezar con un tiempo de relajación: escuchar música suave o leer un libro, 20 ó 30 minutos antes de acostar al niño. (Hay que tener  en cuenta que la televisión no debe formar parte de este período de relajación).
* Después del tiempo de relajación, es bueno seguir una rutina para acostar al niño, es decir, cambiarle los pañales, ir al baño, cepillarse los dientes, ponerse el pijama, rezar, etc.
* Es aconsejable establecer un límite para el tiempo de relajación y la rutina, de modo que no se extiendan demasiado y que su hijo sepa qué esperar antes de acostarse.
*Diga buenas noches, apague la luz y salga de la habitación.
*Los objetos que brindan seguridad como por ejemplo, una manta especial o un muñeco de peluche, pueden ser parte de la rutina para ir a dormir.
*Es importante acostar a los niños cuando todavía están despiertos para que aprendan a dormirse solos. Hacer que el niño haga asociaciones positivas hacia el sueño.
* La presencia de los padres no tiene que ser necesaria para que el niño se duerma. Un niño que se duerme solo, podrá dormirse solo con más facilidad si se despierta por la noche.

Cómo reconducir los malos hábitos de sueño adquiridos
Los niños pueden fácilmente adquirir hábitos a la hora de acostarse que no siempre son saludables. Éstas son algunas sugerencias que podrían resultar útiles cuando un niño se niega a ir a la cama o tiene problemas para permanecer en ella:
* Si el niño  llora, hay que hablarle con calma y tranquilizarlo: "estás bien, es hora de ir a dormir".  Luego salimos de la habitación.
* No hay que darle un biberón ni cogerlo en brazos.
* Si el niño continúa llorando, hay que alargar el tiempo entre las visitas a la habitación y no hacer nada excepto hablar con calma y dejar la habitación.
* Si mantenemos esta rutina, el niño se calmará y se dormirá. Hay que tener en cuenta que es posible que puedan transcurrir varias noches hasta que se acostumbre al nuevo plan.
* A veces los niños rompen su rutina de sueño nocturno debido a una enfermedad o un viaje, pero la retoman con rapidez una vez que las cosas vuelven a la normalidad.
* No hay que contribuir a que el niño no pueda dormirse cuando se despierta en mitad de la noche. La presencia en la habitación del niño cada vez que este se despierta, intensifica la necesidad de la presencia del adulto a la hora de volver a dormir. Claro que hay ocasiones en la que la presencia de los padres es necesaria y no debe negarse (cuando esta enfermo, algún malestar,...). Es importante que el niño reciba un mensaje claro y consciente de que la expectativa es que el niño se duerma solo.
Son tus hijos

28.8.12

Como hacer que los niños coman frutas y verduras?



En muchas ocasiones cuesta trabajo hacer que los niños coman frutas y verduras. Al ver el color verde en el plato la mayoría de los niños se niega a comer, empieza la negociación y la hora de la comida se convierte en una tortura eterna. 
En la negativa de muchos niños a comer verdura se junta el capricho y gusto personal de cada niño y las características de las verduras y las frutas que las hacen poco apetecibles para los niños. El estómago de los niños es pequeño y lo que quiere es muchas calorías en poco volumen. 

Las frutas y las verduras son justamente lo contrario: mucho volumen de fibra y pocas calorías. Por otro lado, el sabor fuerte de verduras como las espinacas, la col o el brócoli simplemente no les gustan a los niños que generalmente prefieren el sabor dulce. Difícilmente lograremos que sean su alimento preferido pero con los siguientes trucos podremos hacer que los niños coman frutas y verduras.

Instrucciones
  • Come frutas y verduras: Para que el niño coma frutas y verduras y las integre en su dieta con normalidad es imprescindible que en su entorno familiar se coman frutas y verduras.
  • No uses el postre como arma de negociación para que el niño se coma las verduras. Si haces esto le estás inculcando la idea de que las verduras son un castigo y los dulces son un premio.
  • No intentes hacer que el niño coma todas y cada una de las frutas y verduras. Deja que el niño escoja qué frutas y verduras quiere comer o le causan menos rechazo.
  • Prueba con verduras “dulces” como los guisantes, el maíz, la zanahoria, la calabaza... y siempre en pequeñas cantidades y como guarnición. Literalmente cuatro guisantes, cuatro granos de maíz….Un par de trocitos de manzana o de pera en lugar de la pieza de fruta entera.
  • Presenta los platos de forma divertida: Los colores de las verduras nos permiten “dibujar” caras, paisajes...
  • Mejor aún, cocina con él platos con verduras: pizzas con verduras, ensaladas, bocadillos con una hoja de lechuga....
  • Una manera de comer fruta es en forma de mermelada si es casera mejor. Aunque sea envasada y lleve azúcar la mermelada contiene un alto porcentaje de fruta.
  • Las frutas se pueden llevar con facilidad a todas partes. Cuando estéis fuera de casa y te pida algo de comer dale alguna fruta que le guste. Al principio se quejará y dirá que no la quiere pero cuando vea que no hay nada más, al final se la comerá.
  • Usa verduras picadas o ralladas para incorporarlas en salsa, cremas sopas o como relleno de empanadillas, croquetas, canelones y lasagnas. Es más probable que el niño coma frutas y verduras si están camufladas y mezcladas con lácteos.

Si deseas leer más artículos de comidas saludables, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Recetas Saludables seguro te agradaran.

Borja Lopez

Enseñar buenas posturas al niño al sentarse


Posturas buenas para la espalda: Aunque las desviaciones de columna no surgen como consecuencia de una mala postura, el niño debe acostumbrarse a sentarse y caminar correctamente. 

Una serie de medidas (indispensables para los niños que ya tienen algún problema) favorecerán que su columna se mantenga recta y bien sostenida: 

Animarlos a hacer ejercicio alguna vez por semana. 
El deporte, especialmente nadar, ir en bicicleta (recto) o montar a caballo, ayuda a fortalecer los músculos que soportan la columna. Vigilar el peso de la mochila (no conviene que sobrepase el diez por ciento del corporal del niño). 

Enseñarlos a llevar la mochila bien colocada: recta, con la parte baja justo encima de la zona lumbar y, de ser posible, sujeta a la cintura (no debe balancearse cuando corre). No obligarlos a estar quietos. 

Moverse es una necesidad para los pequeños; cuando se levantan y dan un salto o se sientan con las piernas debajo de las nalgas lo hacen para cambiar su postura. Proporcionarles una mesa y una silla de estudio acordes con su estatura y recordarles de vez en cuando que conviene sentarse bien (sin echarse sobre la mesa para escribir). 

Lo ideal es que ponga la cintura pegada al fondo de la silla y la espalda apoyada en el respaldo (no olvidemos que estará poco tiempo seguido en la misma posición). Si los pies no le llegan al suelo, pondremos un reposapiés o un banquito para que esté más cómodo. Así evitaremos que los muslos se aplasten contra el asiento y la sangre circule mal. De ser posible, conocer también el mobiliario de la escuela. Llevarlos a revisiones médicas periódicas para que el pediatra pueda detectar a tiempo cualquier alteración de columna.

La adopción

Les dejamos algunas imágenes para explicar de forma gráfica como evitar sentarse y como hacerlo correctamente.

Maneras incorrectas de sentarse



24.8.12

FiLi pregunta ¿Por que los pájaros vuelan formando una V?



Ayudemos a FiLi!.....Tienes la respuesta? 

Yo amo los viernes (Dormido)

Yo amo los viernes (Dormido)

En Mundo FiLi amamos los viernes... pero hoy tuvimos que apresurar a nuestro amigo FiLi por que se levanto muy tarde.
No se regulariza con sus horas de sueño y su ritmo de las clases, estaba acostumbrado a ir tarde a la cama y ahora le falta sueño.

Que consejos nos recomiendan? 

23.8.12

Clase rápida de gramática para FiLi



Esperamos que esta ayuda rápida de gramática sea útil también para esos amigos que están por ahí a resolver ese problema que hay..... !ay! ya termine.... adiós!

Mundo FiLi

Libro: Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen



Hola a todos! en esta ocasión les tenemos un gran libro que seguro traerá entendimiento y estrechara las relaciones con nuestro hijos, esperamos les guste.

Madres, padres y educadores profesionales han convertido este libro en un éxito indiscutible por un motivo: sus técnicas dan resultado. Ofrecen métodos sólidos, cordiales y, por encima de todo, eficaces. Son medios innovadores para solventar problemas corrientes y ofrecen múltiples consejos para escuchar y comprender las preocupaciones de los hijos, fomentar la colaboración familiar sin agobiar a nadie, encontrar alternativas al castigo y ayudar a los hijos a construirse una imagen positiva de sí mismos. Las autoras son psicólogas y han publicado numerosos libros en el campo de la comunicación familiar.

Contenido:
  • Cómo ayudar a los hijos a afrontar sus sentimientos.
  • Cómo propiciar la colaboración.
  • Alternativas al castigo.
  • Cómo estimular la autonomía.
  • El elogio.
  • Cómo huir de los encasillamientos.
  • Recapitulemos.
Liga con información de compra  
Autores: Adele Faber y Elaine Mazlish 

Ediciones Medici, 256 páginas 
Publicado en abril de 1997 
ISBN: 978-84-86193-86-7

Como detectar la depresión en niños y adolescentes



La depresión en niños y adolescentes es un problema serio, marcado por tristeza, desánimo y pérdida de la autoestima persistentes, al igual que falta de interés en actividades usuales, que dura semanas o meses y limita el funcionamiento normal del niño.
Las causas por la que esta ocurre no está totalmente clara, aunque puede ser desencadenada por eventos estresantes como problemas en la escuela, perdida de seres queridos, divorcio de los padres etc. Además niños con problemas de aprendizaje, alteraciones físicas o problemas médicos, frecuentemente desarrollan depresión. Sin embargo esta puede producirse sin una causa específica. También si en la familia hay antecedentes de depresión habrá mayor riesgo de presentarla.
En la infancia tanto los niños como las niñas tienen el mismo riesgo de desarrollar depresión. En la adolescencia las niñas tienen 2 veces más riesgo de presentarla. La depresión es más seria cuando se presenta antes de los 10 años de edad y no es desencadenada por ningún evento estresante.

La depresión se presenta de una forma diferente en los niños y adolescentes que en los adultos. Los adultos generalmente refieren sentimientos de tristeza, en los niños el síntoma principal es la irritabilidad, pueden mostrarse desafiantes y el ánimo puede cambiar de la tristeza, a la irritabilidad o a la ira.

Los síntomas principales son:
  • Esta irritable frecuentemente
  • Puede destruir cosas de la casa o juguetes
  • Baja autoestima
  • Se siente cansado constantemente
  • Perdida del interés en actividades que normalmente disfrutaba
  • Falta de concentración
  • Alteraciones en el sueño (insomnio)
  • Se pueden sentir culpables sin causa
  • Hablan acerca de la muerte y suicidio
  • Comportamientos inadecuados (desafiantes, no cumplen las obligaciones etc.)
  • Comportamiento irresponsable

Hacer el diagnostico no es fácil, ya que los síntomas son muy variados y pueden confundirse con los cambios propios de la edad (en el caso de los adolescentes). Se debe llevar a cabo un examen físico y ordenar exámenes para descartar otras causas por enfermedad medica general. Se realizara una evaluación psiquiátrica para realizar el diagnostico.
Cualquier cambio abrupto en el comportamiento de los niños y adolescentes (como irritabilidad, mal rendimiento académico, desafiante etc.) debe ser sospechoso de depresión y se debe descartar.
El tratamiento se realizara con medicamentos ordenados por el psiquiatra tratante indicados para su edad y generalmente también se requiere de una psicoterapia y terapia familiar si hay dificultades en el hogar.
Los episodios depresivos generalmente responden al tratamiento, y el tratamiento amplio y oportuno de la depresión en la niñez y adolescencia puede prevenir episodios posteriores. Sin embargo, cerca de la mitad de los adolescentes que experimentan una depresión grave tienen probabilidades de seguir presentando depresión continua como adultos.

Se debe estar alerta ante los siguientes signos:
  • Retraimiento, con urgencia por estar solo, aislamiento
  • Mal humor
  • Cambios de personalidad
  • Amenaza de suicidio
  • Entrega de las pertenencias más preciadas a otros

Ante cualquiera de estos síntomas consulte inmediatamente con su médico, es muy importante conocer los hábitos y actividades de nuestros hijos para poder identificar ese momento que más nos necesitan.... aunque ellos no pidan nuestra ayuda.


Dr. Antonio Carlos Toro O. Médico Psiquiatra

Sin diagnóstico ni terapia
El problema es que la mayoría de los cuadros leves pasan inadvertidos para los padres y los profesores y eso hace que no sean diagnosticados, no reciban tratamiento y, por tanto, no lleguen a curarse. Cuando esto sucede, lo habitual es que el trastorno reaparezca varias veces durante la vida o incluso se vuelva crónico. De hecho, las recaídas son muy frecuentes y, según explicó la doctora Marruffi, se producen en el 40% o el 60% de los casos.

Para evitar que esto ocurra es necesario que exista «un mayor asesoramiento» por parte de los psicólogos escolares, para que alerten a los padres de cualquier cambio de actitud en el niño y puedan detectar a tiempo el trastorno. La familia se siente a menudo desorientada y no sabe a quién acudir cuando observa un comportamiento extraño en los menores. «Los padres tienen bastante difícil el recurrir a alguien, pero deberían hablar en principio con su pediatra o con el psicólogo escolar, para que les orienten», señaló la especialista. Pese a las dudas que puedan surgir, los padres están «cada vez más concienciados» con este problema y se dirigen al especialista cuando sospechan que sus hijos pueden sufrir un trastorno depresivo. Sin embargo, existen pocos médicos formados en psiquiatría infanto-juvenil y «mucha demanda de orientación», según la experta.

La depresión infantil incluye un conjunto de trastornos distintos, que van desde la sintomatología depresiva más leve (humor bajo, que puede llegar a convertirse en un rasgo de la personalidad) hasta el trastorno depresivo mayor, que resulta más fácil de identificar. La mitad de los niños afectados presenta además otros trastornos asociados, como ansiedad, fobia o hiperactividad. Y en la mayoría de los casos reciben tratamiento para estos problemas pero no para la depresión.

El desencadenante puede ser la pérdida de un progenitor u otro familiar por muerte o separación, el cambio de escuela o el fracaso escolar. Pero, según la doctora Marruffi, «todos los niños y adolescentes, tarde o temprano, se ven sometidos a estos acontecimientos y sólo un 5% o un 10% desarrolla una depresión». Al parecer, existe una predisposición biológica a sufrir este tipo de trastornos y eso explicaría el que en algunas familias se manifieste generación tras generación.

Doctora Marruffi / psiquiatra

Taller en Tuvalú

Cuentos, Manualidades y Recetas

Hola amigos de Colombia! Para tener un tarde divertida, no hay mejor actividad que llevar acabo un taller donde aprendes y te diviertes de lo lindo.

Descubre en Tuvalú una forma divertida de pasar la tarde con los talleres de Nuestro Mundo. Te invitamos este 28, 29, 30 y 31 de Agosto de 3 a 5 de la tarde a que nos acompañes en "Contemos un cuento"

Los esperamos en Calle 79A #7A-24, (571)321-6963, Bogotá Colombia. 

22.8.12

Como hacer un forro con estilo para cuaderno


Cada vez falta menos para que los chicos comiencen las clases una vez más, y por eso ya es hora de ir adelanto algunas de las manualidades que podrán usar para el colegio. Por ejemplo, este bonito y suave forro de cuaderno realizado en fieltro. Y no solo tiene que ser para los chicos, si a ti te gusta puedes utilizarlo tal vez para el trabajo.
Materiales:
  • Botones
  • Hilo y aguja de bordar
  • Maquina de coser
  • Fieltro
  • Tijeras
Paso a paso:
forro-de-cuaderno1.jpg
1.- Corta un rectángulo en fieltro unos 2 cm más alto que el cuaderno a forrar y lo suficientemente largo para doblar los laterales hacia adentro.
2.- Corta un rectángulo más pequeño para el porta lapicera y marca con un marcador el lugar donde los colocaras.
3.- Realiza un tajo en la marca que realizaste y pasa el porta lapicera.
4.- Por el lado del revés cose el porta lapicera.
forro-de-cuaderno2.jpg
5.- Ahora en la parte que sería el frente del forro debes coser los botones formando un diseño que te guste. Puedes pegar los botones antes de coserlos para que se mantengan bien en su lugar.
6.- Sujeta con alfileres los laterales doblados. Asegúrate de que la medida este bien.
7.- Borda o cose a máquina con puntada zig zag los lados superior e inferior.
8.- Por último coloca el cuaderno dentro del forro y listo.
Florencia P. / Manualidades

21.8.12

Bolsas de regalo de FiLi y sus amigos


Hola a todos! les tenemos bolsas de FiLi y sus amigos!
Venta en paquetes de 10 bolsas


Las tenemos en dos tamaños, son ideales para regalos, fiestas, dulces o lo que gustes!
Fabricadas en cartulina semi-brillante para mejor calidad y resistencia.


Bolsas tamaño Mediana, paquete con 10 a $60pesos 


Bolsas tamaño chico, paquete con 10 a $40pesos  

A las primeras 10 personas que compren $100 pesos o mas, 
Se les regalara en su compra un Blocky en forma de iPhone para sus notas



Mantendremos los precios hasta agotar existencias, 
Para mas informes comunícate a: mundo@fili.com.mx 
Monterrey Nuevo León, México.

Cupcakes del Monstruo come Galletas

Monstruo de las Galletas
.
Uno de los cupcakes más celebrados entre niños y mayores es el del Monstruo
de las Galletas. Sencillo y fácil de preparar, se convertirá en el rey de las fiestas infantiles.
Como base podéis usar cupcakes de vuestro sabor favorito o, por qué no, magdalenas o muffins caseros.
¿Queréis saber cómo se prepara paso a paso este cupcake del Monstruo 
de las Galletas?…
Cupcake del Monstruo de las Galletas
Necesitamos:
Cupcake monstruo de las galletas ingredientes
  • Cupcakes y buttercream de vainilla (receta al final del post)
  • Colorante azul (recomendados: Ice Blue de Sugarflair o Royal Blue de Wilton)
  • Una Chips ahoy (o similar) por cada cupcake a decorar
  • Cupcakes de vainilla (o magdalenas, o muffins…)
  • Fondant blanco y negro
  • Una boquilla 233 de Wilton (también conocida como boquilla de césped)
  • Una manga pastelera
Cómo hacer el cupcake del Monstruo de las Galletas
Comenzamos preparando los ojos. Hacemos dos bolitas blancas (lo más parecidas posible). Y dos bolitas negras más chiquititas.
Monstruo de las galletas ojos
Para pegarlas usamos un poco de agua. Ya tenemos los ojos.
ojos fondant
Ahora cogemos la manga pastelera. Le metemos la boquilla y cortamos la punta. Podemos usar adaptador, usar manga desechable o una manga de las de tela… Como prefiráis. Lo único que no ha de variar es la boquilla, que ha de ser de césped. Rellenamos la manga con el buttercream teñido de azul.
manga pastelera
Empezaremos por la parte inferior del cupcake.  Apretamos… Tiramos… Y soltamos! Vamos allá. Hay que hacer una fila bien hecha. 
Cuando la terminemos, empezamos un poco más arriba
Seguimos haciendo capas.
Ya está!!
¡¡Un monstruo peludo!!
Le ponemos media galleta en la boca… (Y nos comemos la otra mitad!!)
Vamos a ponerle los ojitos y… ¡¡Ya tenemos nuestro Monstruo de las galletas!!

Cupcakes de Vainilla

Ingredientes para 12 cupcakes
Para el bizcocho:
  • 115 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 220 g de azúcar blanco
  • 3 huevos M
  • 200 g de harina
  • 1 cucharadita y media de levadura Royal
  • 120 ml de leche semidesnatada
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
Para el buttercream
  • 250 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
  • 250 g de icing sugar (o, en su defecto, azúcar glas)
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 2-3 cucharadas de leche semidesnatada
Preparación de los cupcakes de vainilla
Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos la bandeja para cupcakes con 12 cápsulas de papel. Tamizamos la harina con la levadura química en un bol y reservamos. Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se integren y la 
mezcla se aclare. Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo hasta que se incorporen. Agregamos la mitad de la harina y batimos a velocidad baja hasta 
que se incorpore. A continuación, añadimos la leche, mezclada con el extracto 
de vainilla, y volvemos a batir. Agregamos la otra mitad de la harina y batimos a velocidad baja hasta que la mezcla sea homogénea. Repartimos la mezcla en las cápsulas, sin llenarlas más de 2/3. Horneamos 20-22 minutos o hasta que un palillo salga limpio. Dejamos enfriar los cupcakes en el molde 5 minutos y después pasamos a una rejilla, hasta que se enfríen por completo.

Tamizamos el icing sugar y lo colocamos en un bol junto con la mantequilla, el extracto de vainilla y la leche. Cubriendo el bol, batimos a velocidad baja un minuto. Después subimos la velocidad y batimos al menos otros 5 minutos a velocidad media-alta. El buttercream se volverá casi blanco y su textura pasará a ser muy cremosa.
Alma Objetivo Cupcake