9.12.10

Mi hijo se enferma mucho

Comentarios de un Pediatra
Esta es una queja frecuente de todos los padres y debe ser comprendida de forma adecuada para evitar una conducta "paranoica" con respecto a la enfermedad que puede llevar al uso de múltiples tratamientos
que en algunas ocasiones pueden traer poco o ningún beneficio y a veces cierto riesgo para el niño.

¿Es normal que mi hijo se enferme?
Lo primero que debemos entender es que "todos" los niños se van a enfermar y el riesgo es mayor en los niños pequeños (menores de 3 años) y progresivamente menor conforme el niño crece, también es importante que la convivencia con más niños aumenta el riesgo de enfermedad como es el caso de los niños que acuden al colegio o guarderías o la convivencia con hermanos mayores o padres enfermos dentro de la casa.
Hay que tomar en cuenta que los cuadros que con mayor frecuencia afectan a los niños como los cuadros respiratorios (catarro, faringitis, etc) en raras ocasiones comprometen la vida del niño aunque resultan molestos para los padres y son causados por virus en su gran mayoría.

¿Cuanto es normal que se enferme mi hijo?
Debemos considerar que a pesar de las vacunas disponibles incluso la de la gripe (influenza) estos cuadros se presentan hasta en un promedio de 6-12 episodios al año en preescolares de forma totalmente normal y el tratamiento debe ser encaminado a mejorar los síntomas del niño y evitar las complicaciones, la duración normal de estos cuadros es de 5-10 días. Es por ello que el término "mucho" resulta muy relativo y debe de ser evaluado más respecto a la severidad que a la frecuencia de los cuadros.

Hay que recordar que con el paso del tiempo, la experiencia y habilidad del sistema inmune mejora, por lo que el niño contraerá infecciones con mucho menor frecuencia.

¿Puedo ayudar de alguna forma?
Algunos factores importantes que se pueden prevenir o tratar son los siguientes:
Convivencia en guardería: Los niños que acuden a guardería suelen convivir con otros niños, enfermos o no que presentan una flora bacteriana diferente a la de nuestro hijo, la convivencia estrecha favorece el intercambio de bacterias y la diseminación de diferentes agentes infecciosos, lo que favorece que el niño sea expuesto a infecciones muy variadas.
Las secreciones como moco y saliva, los juguetes y objetos que se comparten con sus compañeros favorecen una transmisión de diversas infecciones.

Tabaquismo pasivo: El que algún miembro de la familia fume favorece la irritación crónica de a vía aerea y dificulta la expulsión de secreciones, lo cual facilita el paso de diversos microorganismos y aumenta el riesgo de infecciones. La mayor parte de los fumadores minimizan este riesgo pero es bien demostrado el importante papel que juega el tabaco, fumar dentro de la casa aumenta el riesgo aún cuando no se haga en presencia del niño.

Problemas alérgicos: La inflamación crónica de la vía aérea favorece las infecciones, este tipo de problemas debe de ser sospechado cuando existen antecedentes alérgicos en la familia aunque con frecuencia también se pueden dar casos de forma espontánea. Las alergias son una causa bien conocida de infecciones frecuentes pero no todos los niños que se enferman son alérgicos ni todos los alérgicos se enferman mucho, por lo que es importante tomar esta posibilidad con cierta reserva.

Contaminación ambiental/factores climáticos: Aunque es un factor que en muchos casos no podemos controlar, sabemos que los contaminantes ambientales pueden favorecer el desarrollo de infecciones por irritación crónca de la vía aérea, los climas fríos y secos asi como los cambios de temperatura suelen favorecer también el desarrollo de infecciones.

¿Cuando mi hijo no es normal?
No es raro que los padres busquen una explicación a la enfermedad de los hijos como un sistema inmune deficiente alergias u otras alteraciones. Sabemos que la repetición de ciertos cuadros como neumonías, sinusitis, otitis media, etc. pueden estar en relación con alteraciones congénitas de órganos o sistemas, problemas inmunes u otros problemas, los cuadros catarrales no complicados no se asocian a problemas de este tipo excepto en los que se presenten de forma inusualmente alta. 

Algunos de los datos que nos pueden sugerir algo anormal son los siguientes:

• La ocurrencia de más de cuatro nuevas infecciones del oído en un año;
• El desarrollo de neumonía ó bronconeumonía más de una vez al año;
• La ocurrencia de cuatro o más episodios de sinusitis en un año;
• La necesidad de antibióticos intravenosos (hospitalización) para tratar la infección.
• La presencia de más de 12 episodios infecciosos al año
• La presencia de cuadros infecciosos con catarro y/o tos que duren más de 2 semanas

¿Por que se enferma si tiene todas sus vacunas?
Las vacunas protegen al niño de enfermedades específicas, generalmente las más graves, sin embargo los cuadros respiratorios y diarreicos que predominan en la infancia son producidos por una variada cantidad de virus algunos de los cuales tienen propiedades de cambiar con el tiempo, por lo que crear vacunas para todos ellos resulta casi imposible, además muchos.
A pesar de esto es necesario vacunar al niño ya que de no hacerlo estaría expuesto a enfermedades potencialmente más serias y que pueden llegar comprometer su vida.

Los antibióticos no son la solución: El uso razonado de los antibióticos permite la cura de varias enfermedades bacterianas, sin embargo el uso indiscriminado de los mismos puede favorecer la presencia de infecciones al sustituir la flora bacteriana normal por bacterias potencialmente peligrosas ya que generalmente predominan las bacterias resistentes a los antibióticos usados. Esto lo podemos ver en los casos de neumonías fatales por bacterias que son resistentes a diversos tipos de antibiótico.

La cirugía no es la solución: El uso de tratamientos como la adenoamigdalectomía (quitar amígdalas y adenoides) no es necesariamente un tratamiento "milagroso" que nos va a evitar que el niño se enferme. Los niños que deban someterse a este tipo de tratamiento quirúrgico deben ser evaluados y tratados adecuadamente antes de que se realizar el procedimiento. Si el tratamiento está bien indicado el niño mejora sin embargo no evita cuadros infecciosos de forma definitiva. Los niños que son operados bajo criterios inadecuados pueden provocar frustración mayor al obtenerse poca o ninguna mejoría.
También debemos recordar que la cirugía implica un "riesgo" para el paciente que aunque bajo nos obliga a evaluar el beneficio real del procedimiento. La cirugía generalmente debe ser la última opción de tratamiento.

¿Que puedo hacer ?
Lo más importante es tener confianza en tu pediatra, quien debe explicarte que hacer y formas de poder disminuir la frecuencia de las infecciones ya que prometer evitar las infecciones es algo irreal e imposible sobre todo en los niños que acuden a una guardería.
En ocasiones el sacar a un niño de la guardería de forma temporal puede ser la solución . El uso de vitaminas, inmunoestimulantes u otras sustancias que mejoran las "defensas" del niño es controvertido, sin embargo es bueno probar algunas de estas medidas ya que en algunos niños podemos obtener mejoras importantes y no producimos daño alguno. Actualmente el factor de transferencia de leucocitos se suele usar como tratamiento para mejorar estas situaciones.
La detección y tratamiento de focos infecciosos y problemas no detectados, por ejemplo sinusitis y adenoiditis puede ser a veces la solución a un problema crónico. La detección y tratamiento de problemas alérgicos puede ser a veces también la solución en algunos casos.

Por último debemos recalcar que la enfermedad es un proceso "normal" por el que pasan todos los niños y los cuadros que predominan a pesar de ser molestos serán superados por el niño a medida que crezca y su sistema inmune se fortalezca.
El tratamiento de complicaciones y cuadros infeciosos bacterianos potencialmente peligrosos esta indicado pero se sugiere el uso racional de los antibióticos.
Carlos Manuel Aboitiz Rivera

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