20.4.10

Problemas a la hora de acostarse


Consejos para que los niños se vayan a la cama sin protestar o montar escándalo.


Hay niños que se niegan o protestan cuando los padres les obligan a irse a la cama. Otros se acuestan sin problemas, pero cuando los padres salen de la habitación arman el gran escándalo. Y a veces, el niño insiste en realizar una serie de rituales antes de acostarse, los cuales pueden durar bastante rato. Hay para todos los gustos

¡No quiero acostarme!

Muchos niños se niegan a acostarse antes de que sus padres lo hagan. Esto para muchos padres no es un problema, incluso les satisface. Pero para la gran mayoría no es admisible, ya que es el único rato libre para relajarse o estar juntos. Generalmente funciona actuar con firmeza, pero es necesario también saber qué está ocurriendo. No es lo mismo que el niño tenga miedo, realice actividades demasiado excitantes antes de irse a dormir, haya problemas en casa, esté demasiado espabilado o sólo proteste ante uno de los padres. En cada caso habrá que actuar de forma diferente.

¡Quiero compañía!

Es desesperante cuando el niño empieza a llorar cada vez que uno de sus padres sale de la habitación. Es muy importante la forma de reaccionar del adulto. Tal vez le cueste conciliar el sueño, y aunque el niño lloriquee o se queje, cuando la madre sale generalmente el niño se calla. Pero si dejamos que el llanto nos altere y entramos de nuevo en el dormitorio de forma ruidosa y encendiendo la luz, impediremos que el niño concilie el sueño y podemos crear un problema innecesario.

Exigencias insistentes

Hay niños que reclaman tener las luces encendidas, y si aceptan apagarlas, ponen como condición dejar la puerta abierta, las cortinas descorridas o sus juguetes ordenados de una determinada forma. El niño con estas rutinas se siente más seguro y protegido, por lo no se deben impedir salvo que conlleve a una situación fuera de control. Con el paso del tiempo dejarán de hacerlo.

Cosas que ayudan

No hay un método único, porque las circunstancias cambian en cada caso, pero sí hay determinadas estrategias que pueden ayudar.


* Dejarle llorar no es el único método, sobre todo si va en contra de los instintos naturales de los padres.


* Realizar actividades sosegadas inmediatamente antes de acostarse o un buen baño le relajará.


* Establecer una rutina antes de acostarse, llevar a cabo un ritual que implique contacto afectivo, tradiciones y costumbres familiares, contribuye a que irse a la cama se convierta en algo placentero y a que sepa lo que se espera de él.


* Tener en cuenta las características de cada niño para establecer los horarios es fundamental. Si llega demasiado fatigado a la hora de acostarse estará muy irritable. Si por el contrario está poco cansado le costará conciliar el sueño. Un poco de ejercicio por la tarde contribuirá a que coja la cama con gusto.


* Dedicar tiempo de calidad al niño en algún momento del día hará menos probable que el niño requiera la presencia continua de los padres para velar su sueño


Virginia González

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